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La familia hasta un cierto punto

Hola a todos, 

Hoy quiero hablar un poco de un tema que es duro, con el que particularmente he estado dándome golpes toda la vida. 

En Venezuela la gente es muy “familiar” en el sentido de que por la familia se hace todo y se soporta todo. Recuerdo que mi mamá se desvivía por su familia, siempre haciendo favores y diligencias, dándole dinero a éste, comprándole algo al otro y lo que me daba rabia, era que cuando ella necesitaba ayuda, no había nadie que apareciera. 

Siempre le decía que la familia no solo por ser de nuestra sangre se merece que estemos dejándonos la piel para luego no recibir ni siquiera un “gracias”. Por eso, cuando tenía como 18 años, me molesté y dejé de hablarle a la familia de mi mamá porque me parecía que no la valoraban.

Tengo una amiga que siempre está amargada por problemas con su familia: porque los padres no se cuidan, porque la hermana tiene diabetes y no se cuida, porque el hermano no se comporta bien. Al final, se pasa la vida estresada con ansiedad por cosas escapan de su control y no ha podido vivir su vida.

No es justo que tengamos que hacer favores y aguantarnos cosas malas de gente solo porque son familia. Los hijos no podemos estar de niñeras de los padres y cuando la relación con la familia nos trae infelicidad, lo mejor que podemos hacer es ser egoístas y agarrar otro camino. 

Entiendo a mi amiga porque yo me he pasado así gran parte de mi vida, pero he llegado a un punto en el que he decidido que no puedo seguir arruinándome la existencia por arreglar a los demás.

Recuerdo que, en diciembre del año pasado, hablando con la enfermera luego de una de mis operaciones, le dije que no celebraba la navidad desde que murió mi mamá y que, además, la relación con mi papá era una eterna amargura. Ella me dijo que su padre había muerto y que, desde ese entonces, había cortado la relación con su madre por lo mismo. Que al final, ella no podía permitir que la relación con su madre le arruinara la vida con su esposo y sus hijas, que eran la familia que ella había elegido. Me dijo que, si mi papá no estaba para mí, que dejara de sufrir, hiciera mi camino y buscara ser feliz. 

Eso es lo que he intentado hacer desde entonces, intento preocuparme por mí y ponerme en primer lugar para todo. Yo antes que la supuesta familia, yo antes que mi pareja, yo antes que mi trabajo, yo antes que todo. 

La tristeza está siempre. Me entristece que mi papá haya elegido abandonarme por una pareja que es un parásito, lo manipula y no hace nada más que sacarle el dinero; pero al final, ese es el camino que él eligió. Él decidió tener esa vida que yo considero que es horrible, pero no puedo hacer más de lo que ya he hecho.

Imagínense que yo llevo más de 20 años luchando con ese problema e intentando sacarlo de ese hueco. 

He llegado a un punto en el que decido rodearme de gente que me traiga solo cosas positivas. Un momento en el que quiero vivir feliz y sin dramas. Voto por los pocos amigos que valen la pena, por las experiencias lindas y por vivir tranquila. Sobre todo eso, vivir tranquila.

Si a alguien le sirve de consejo, nuestros familiares también son seres humanos con errores y defectos; no son dioses. Por lo que nosotros tenemos que aprender a poner límites para poder garantizarnos nuestra salud mental. Si tu familia no te respeta, no te valora, no te trata bien; lo mejor que puedes hacer es poner distancia.

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