Hola a todos,
Cuando era más joven me encantaba comprar. En los viajes me lo quería comprar todo: ropa, souvenirs y cualquier cantidad de cosas innecesarias. Me acuerdo de que mi papá siempre me preguntaba “¿Lo necesitas?”
Luego me pasé al lado contrario, me volví ahorradora. Además, desde que empecé a trabajar y a ver lo difícil que es ganarse un sueldo, me lo pienso varias veces antes de gastar.
Hace tiempo me puse con mi amiga Yayi por Skype a vaciar todas las cosas que tenía en mi cuarto de Caracas y a guardar en cajas lo que quiero conservar por su valor sentimental. No se imaginan la cantidad de ropa que tenía todavía allí, cuando llevaba varios años viviendo en España. Muchas cosas que ni siquiera había usado más de tres veces.
Me quedé impresionada del dinero que uno gasta en cosas que no hacen falta.
Luego de vender mi apartamento en España y decidir que me iba a vivir a otro sitio, empecé a hacer selección de lo que realmente uso. Puse en venta casi toda mi colección de relojes, mis zapatos converse (tenía de todos colores), mucha ropa, todas las sábanas y toallas que quedaron del apto que vendí, libros. No se imaginan todo lo que saqué.
Los padres de Diego, por ejemplo, tienen un garaje que parece un basurero. Ahí te puedes encontrar colchones de hace 50 años, la cuna de cuando Diego era bebé, computadoras de hace 50 años, e infinidad de cosas que no volverán a usar. Como la madre de Diego se quejaba tanto de toda la basura que tiene en el garaje, decidimos ayudarla a botar todo. El primer día que fuimos, empezó a decir que le daba pena botar las cosas. Luego, cuando íbamos a botar un sofá de cartón que tiene 50 años llevando polvo, llegó la hermana de Diego a decir que ella quería tener ese sofá para sentarse cuando fuera al garaje, cuando el sofá tiene años que no se le sienta nadie encima. Decidimos irnos y dejarlos con su garaje lleno de basura.
Mi papá también tenía esa costumbre de guardar cosas que ya no usaba. Cuando vacié mi cuarto le dije que donara todo lo que ya no usaba. Así también se ayuda a alguien que lo necesite.
Ahora me dedico a tener solo lo mínimo indispensable. El resto intento venderlo, y si en un periodo de 6 meses no se vende, lo regalo.
Luego está la gente que le gusta usar cosas caras. Gente que quiere tener cosas de marca que den estatus.
En Venezuela, cuando estaba en el colegio, la cosa iba por modas; un año eran los relojes BabyG, otro año los zapatos skechers, al siguiente la mochila de quicksilver o Kipling. Si uno no quería quedar en el grupo de rezagados socialmente, tenía que comprarse lo que estuviera de moda.
Me acuerdo de que cada vez que desgraciadamente tenía que salir con la pareja de mi papá, ella y sus hijas empezaban a hablar de las cosas de marca que tenían y de lo que les había costado. Vivían arrimadas en el apartamento de sus familiares y no tenían ni donde caerse muertas (hoy en día siguen en la misma situación) y en vez de ahorrar para buscarse una vivienda propia y ser independientes, vivían de prestado para aparentar lo que no tenían.
Mi papá también tuvo una época de gastar mucho en estupideses. Como los amigos de la playa bajaban a la piscina con los relojes carísimos, él también quería lucir. Se lo pagaba con su trabajo, sin tener que pedir prestado a nadie, pero ¿No es un poco excesivo? ¿Qué necesidad hay de tener tantos relojes y tan caros? Una vez entraron a robar a la casa y se llevaron todos los relojes. Ahí se acabó la tontería. Me resulta difícil entender como mi papá, una persona a la que siempre consideré muy inteligente, tenga que comprarse cosas de marca para presumir con los amigos.
En España, a la gente también le gusta presumir de lo que no tiene y muchos, viven más allá de sus posibilidades. Cuando la mayoría de la gente tiene un sueldo que no llega a mil euros al mes que no alcanza para vivir ni para ser independiente, se la pasan comprando cosas, comiendo en restaurantes caros, etc. ¿Cómo lo hacen? Viven al día y dependiendo de financiaciones.
Cuando trabajaba en Sellbytel, tenía que vender 300 euros por llamada para cobrar un bonus a final de mes de 100 euros netos. O sea, que al mes vendías alrededor de 200mil euros en productos Apple para cobrar 100 euros de bonus. Si nunca me habían gustado los productos Apple porque el precio me parece excesivo, imagínense luego de tener que trabajar para ellos. Aun así, los compañeros de trabajo que ganando menos de mil euros al mes, vivían alquilados en una habitación porque no les daba para pagarse un apartamento entero, pedían financiaciones para comprar productos de Apple. Hay personas que tienen como única preocupación tener el teléfono más nuevo, aunque no tengan ni para comer.
En definitiva, desde que soy independiente, me convertí en ahorradora compulsiva. Soy realista y tengo mis prioridades claras. Tengo dinero ahorrado que me sirva de respaldo económico por si me quedo sin trabajo, tengo lo mínimo indispensable para poder mudarme sin problemas, no gasto en cosas innecesarias ni lujos y ahorro al máximo para viajar.