Para llegar a Santa Teresa agarramos ferry desde Puntarenas y luego dos autobuses. Aquí habíamos hecho reserva en un hostel (aunque yo odio los hostels) porque era todo del estilo.
La carretera principal para llegar a Santa Teresa era toda de tierra con unos huecos gigantes.
Llegamos al Hostel La Posada y nos recibió una argentina sucia, despelucada y con las uñas llenas de mugre. La cosa no empezaba bien. Mientras esperábamos en la recepción a que nos dieran la llave de la habitación, me empezó a llegar humo de cigarro porque resulta que, aunque en Costa Rica está prohibido fumar en todos lados, aquí era al contrario. Aquello era un asco, pero en otro post les contaré sobre el hostel.
Esa tarde, almorzamos el típico casado costarricense y fuimos a descansar a Playa Carmen, que era la más cercana al hotel. Diego se metió en el agua y se destrozó los pies porque aquello era pura piedra.
En Santa Teresa el atractivo principal es la práctica de surf y está todo lleno de gente que cuando no están surfeando, están fumando marihuana. Nosotros pensamos que, si nos daba tiempo probaríamos, pero estando lleno de rocas, lo descarté porque no me quería romper la cabeza. Además, seguía mal con la gripe.
A la mañana siguiente nos fuimos a caminar por la arena en dirección a Playa Cuevas y justo al salir de hostel, me picó una avispa de esas negras gigantes con la cabeza roja. Otro de los atractivos de este lugar es que cuando baja la marea se forman pozos naturales. En el hostel nos dijeron “piscinas naturales” y yo me imaginaba una cosa impresionante con agua azul turquesa. Nada que ver.
El último tramo antes de Playa Cuevas era todo de piedra puntiaguda y se nos destrozaron las cholas. Decidimos regresar por la carretera porque las cholas no daban para mucho. Nos encontramos a un argentino que habíamos visto el día anterior en la playa y se ofreció a llevarnos.
Se llamaba Sebastián y dijo que buscaba una playa que se llamaba Cabuya, que la camioneta se le había quedado metida en el lodo y que le había dado todo su dinero a unos locales para que lo ayudaran. Decidimos acompañarlo en su paseo.
Llegamos a Playa Cabuya y era horrible. Todo piedras, agua marrón y super caliente.
Luego fuimos a la Reserva de Cabo Blanco que estaba cerrada y no había nadie que cobrara entrada, por lo que hubiéramos podido hacerlo gratis. Justo entrando, vimos dos venados. Había que hacer un trekking de 5km para llegar a una playa y no seguimos porque era tarde para hacer tantos kilómetros. Además, íbamos los tres con cholas y sin provisiones.
Paramos a almorzar en Montezuma alrededor de las cuatro de la tarde y luego fuimos a la cascada. Para llegar a la cascada era otro trekking de saltar piedras por el río, charcos de lodo y ramas de árboles. Llegamos a la cascada y el agua estaba marrón debido a las constantes lluvias, pero fue un baño refrescante después de todo el día llevando sol.
Esa noche mi resfriado me empeoró notablemente y no dormí nada por el dolor de cuello; a las 4am, me desperté casi llorando de la tortícolis. Se me sumó la gripe, la tortícolis y el malestar menstrual. Diego estaba asustado porque pensaba que quizás estaba envenenada por la picada de la avispa de la mañana anterior.
Fue a comprarme unas pastillas a la farmacia. 5 euros cada pastilla.
Fui sintiéndome un poco mejor y luego de almorzar, fuimos a recorrer la playa del otro lado y aquí encontramos mejores pozos. Luego descansamos ya que Diego también se empezó a sentir mal del estómago.
El último día fuimos hacia Playa Cuevas por la carretera para hacer un trekking. Éramos los únicos, caminamos muchos kilómetros y vimos muchos animales.
Disfrutamos de mejor playa y llegamos a un río idílico donde me hice unas fotos maravillosas. Había una parte donde ponía que empezaba la Reserva de Cabo Blanco y una mujer que estaba limpiando la casa de los guardabosques no nos dejó pasar. No le hicimos caso y seguimos caminando por la playa.
Santa Teresa fue el destino que menos me gustó de Costa Rica (luego de Puntarenas) porque es un lugar que ni siquiera tiene una carretera principal decente y te la pasas todo el tiempo respirando el polvo que levantan los carros y está lleno de gente sucia que está todo el día fumando.
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