Menú Cerrar

Uvita, un destino como perdido en la nada

Hola a todos,

Desde Quepos agarramos un autobús directo hasta allí y era la primera vez en todo el viaje que había un autobús directo a algún sitio.

Tengo que destacar que en todo el viaje los conductores de autobuses fueron especialmente amargados y maleducados. El conductor de este trayecto no fue la excepción. Nos dejó en una parada, tiró los equipajes al suelo como si fueran basura y sin explicar nada, se subió de nuevo al autobús y siguió su camino.

Desde ese lugar, en medio de la nada, tuvimos que caminar una hora en pleno sol hasta nuestro hotel.

Llegamos al Hotel Tropical Beach y nos dejaron hacer el check-in un poco antes. La habitación era pequeña pero estaba limpia y el baño era amplio. Lo malo era que nos faltaba un armario para la ropa.

El Wi-Fi funcionaba medianamente bien, lo que es raro en Costa Rica. Eso sí, los cortes de electricidad fueron abundantes.

Ese día buscamos un sitio para almorzar y nos dimos cuenta de que todo estaba lejos, a más de 30 minutos caminando. Cerca solo teníamos un restaurante que quedó descartado por ser de un hostel.

En la tarde fuimos a la playa que quedaba a 5 minutos caminando de nuestro hotel y es inmensa. La típica playa de Costa Rica de arena oscura con la vegetación abundante de fondo.

La entrada del Parque Nacional Marino Ballena cuesta $16. Para llegar a donde se pagan las entradas, tuvimos que dar una vuelta y tardamos alrededor de 1h, cuando caminando por la playa llegas en 15 minutos. Hay varios ríos en la playa que son profundos y se supone que hay cocodrilos; por lo que, cuando hay marea alta, nadie los cruza. 

Es decir, que si vas caminando por la playa por la tarde cuando ya ha bajado la marea, puedes entrar gratis porque no queda ningún trabajador.

Al inicio del recorrido había un escándalo de motores de las lanchas que salían a hacer los tours para ver las ballenas. Pasamos aquel caos y empezamos a caminar en medio de la selva.

Llegamos al final del parque donde hay un rio grande en el que no faltaba la advertencia de cocodrilos. Por lo que pasar al otro lado para seguir recorriendo, no era una opción.

Cuando empezó a bajar la marea, emprendimos el camino de vuelta y pasamos a la parte que tiene forma de cola de ballena. Allí también se forman pozos cuando baja la marea y se pueden hacer fotos lindas del parque nacional.

Por la tarde estuvimos descansando en la playa que nos quedaba más cerca y fuimos a caminar. Se hizo de noche y para regresar no había absolutamente nada de iluminación y no teníamos ni el celular. Fuimos caminando como pudimos entre los árboles y milagrosamente encontramos la calle que llevaba a nuestro hotel. Toda Uvita es así, cuando se hace de noche hay que agarrar la linterna porque no hay ningún tipo de iluminación.

Uvita parece insegura porque hay mucho movimiento de policías por todos lados. De hecho, vimos muchos carteles alarmantes en los que decía de no ir solo a la playa y mucho menos, llevar artículos de valor.

Cerca de la playa no hay nada. Hay que caminar media hora o más para encontrar restaurantes y tampoco hay mucha oferta.

En definitiva, Uvita fue un lugar que nos gustó porque era tranquilo y por las calles casi no pasaba ningún carro. Lo contrario de Santa Teresa, que tenía un tráfico horrible. Tiene su encanto el no tener nada de luz por las calles luego de que anochece, aunque te limita bastante ya que no puedes hacer nada luego de que se oculta el sol.

La atención en el hotel, como en todos los hoteles de Costa Rica, fue nefasta. Después de que nos dieron la llave, ni siquiera hicieron limpieza diaria de la habitación.

El parque nacional era lindo y tenía la particularidad que pasabas a otra parte cuando bajaba la marea, pero fue en el que vimos menos animales. Muchas guacamayas volando, pero nada más.

Otra cosa negativa es que la parada del autobús está muy lejos, por lo que nosotros estábamos a 5 min caminando de la playa, pero a una hora de la parada del autobús. Hacer ese camino con las mochilas no está fácil. La zona de Uvita está teniendo un boom de construcción de hoteles y los dueños son casi todos norteamericanos o europeos.

Aquí les dejo el enlace a mi canal de YouTube:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *