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Experiencia en el Hotel Mexicali

Hola a todos,

La primera vez que estuvimos recorriendo México, empezamos con hoteles de 700 pesos la noche y fuimos bajando hasta llegar a 200 pesos por noche. Es decir, menos de 5 euros por persona la noche.

Lo curioso es que por ese precio había cosas geniales. Me refiero a una habitación nueva, impecable, con amenieties y WiFi. Incluso lugares más feos nos compensaban por la hospitalidad maravillosa que nos dieron.

Habiendo recorrido casi todo México teniendo en gran mayoría hoteles buenos, llegamos a Ciudad de México con una reserva hecha en el Hotel Mexicali. Se nos quedaba como en 700 pesos por noche y estaba relativamente cerca del Zócalo.

Luego del miedo que nos metieron en el aeropuerto y el conductor del Uber, llegamos al hotel un poco de mal humor. Además, nos dimos cuenta de que el precio que ponían de la habitación en el cartel de recepción era mucho más barato que el que nos habían cobrado por booking.com. Nos quejamos, pero no nos dieron ninguna solución.

La zona del lobby estaba fea y sucia. Además, la iluminación era muy pobre. También anunciaban en la recepción los precios por horas, por lo que aquel hotel era más para encuentros sexuales.

Los pasillos del hotel casi no tenían luz, no se si era para que uno no viera la suciedad o para no ver a la gente que frecuentaba el hotel. La habitación estaba igual de oscura con todas las luces prendidas. No podías ni leer un libro con aquella luz. Vi hacia el piso y había bolas de pelo negro. 

La gestión de la recepcionista fue mediocre y lo único que nos ofrecían era pagar más dinero por una habitación superior con más iluminación o ponernos otra lámpara en la habitación que teníamos. Como yo no estaba contenta con ninguna solución, llamaron al manager y nos invitaron un café para que lo esperáramos. 

La zona donde nos tomamos el café estaba asquerosa y el café malísimo. El manager resultó ser español y nos contó que ese hotel siempre había sido de prostitutas y que ahora estaban tratando de limpiar la imagen, enfocándose más en el turismo. Nos ofreció la habitación de mejor calidad que tenían por el mismo precio que habíamos pagado y nos regaló el desayuno para toda nuestra estadía.

Cabe destacar que la habitación que nos daban era realmente del precio que estábamos pagando por la reserva de booking.com. O sea, que simplemente nos estaban dando lo que habíamos pagado.

Aun así, el chico se portó muy bien y gestionó el problema a la perfección.

La habitación “superior” también era muy mediocre. Más grande y con iluminación normal, pero vieja y desgastada. Además, la limpieza seguía siendo muy podre, sobre todo por las bolas de pelo que siempre te encontrabas en el piso. 

A la mañana siguiente bajamos a desayunar y lo primero que vimos fue una cucaracha saliendo de la cocina. Luego entramos a la parte donde se desayunaba y uno de los camareros se estaba lavando el pelo en el lavamanos del bar.

El desayuno estaba bien porque era buffet y con bastante variedad, pero nos lo comimos con un poco de asco por todo lo que habíamos visto previamente.

La habitación tampoco estaba acondicionada para el frío y aunque en Ciudad de México no bajan demasiado las temperaturas, si no hay buen aislamiento, pasas frío. Además, pedimos una manta extra en recepción y nos dijeron que no tenían mantas.

Al final, tenía que ponerme la chaqueta de calle, bufanda y más capas de ropa porque sino era imposible dormir; aun así, me resfrié. 

La zona era fea y por la noche daba un poco de miedo. Lo bueno es que teníamos la estación de metro al lado.

La primera noche salimos con Uber por el miedo que nos habían metido pero los siguientes días estuvimos relajados por la zona. Además, había una estación de policía al lado del hotel. 

La experiencia en este hotel fue absurdamente horrible. Gracias a que reclamamos, tuvimos la habitación que correspondía y el desayuno, pero es evidente que ese hotel está muy lejos de lavarse la imagen, sobre todo porque el personal era muy incapaz y faltaba demasiada limpieza. Si lo comparo con los hoteles de Costa Rica, quizás no se queda tan mal, pero para mí es un “nunca más”. 

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