Hola a todos,
Sigo contándoles sobre las dos semanas que pasamos en Italia en agosto.
Un sábado fuimos desde Verona a Bologna a pasar el día. Agarramos el tren antes de las 7 de la mañana.
Llegamos y la ciudad es un poco fea, sobre todo si la comparas con ciudades como Trieste y Verona. Todos los edificios son de color rojizo y tiene un aire medieval, así como Siena (aunque Siena es mucho más linda).
Notamos desde el primer momento que había mucha gente pidiendo dinero por todas partes. Incluso vimos un grupo de gente peleando en una plaza.
Apenas llegamos compramos la entrada para subir a la Torre Degli Asinelli. Es la única torre visitable en este momento en la ciudad. Además, hay que tener en cuenta que luego del covid, para entrar a la mayoría de sitios hay que hacer la reserva online y todo va por cupos. La entrada cuesta 5 euros por persona
La torre es alta (498 escalones), pero la parte de arriba tiene rejas y es pequeña, por lo que no lo disfruté tanto como las torres de Lucca. Además, solo nos dejaron estar 15 minutos arriba.
Recorrimos Bologna y ya a mediodía hacía un calor agobiante.
Para almorzar encontramos un sitio de fast food sano que se llama Galleria Portici en el que había un menú de 12 euros en el que te daban un plato de pasta, una ensalada, agua ilimitada y un café. Estaba bueno y me tomé dos jarras de agua con gas. El restaurante también tiene terraza con una vista genial de las torres, pero con ese calor había que comer adentro.
También hay una ventana que se llama Finestrella di Via Piella que sale en las guías y en Atlas Obscura como si fuera algo especial y no es más que un hueco en una pared para ver hacia un río. Me pareció tan feo que ni foto hice.
Antes de visitar Bologna, encontré un artículo en Atlas Obscura que dice que entre el siglo XII y XIII se construyeron alrededor de 100 torres en la ciudad de las cuales han sobrevivido solo 22. Una de las explicaciones para la construcción de tantas torres es que las familias ricas las usaban como símbolo de riqueza y poder, y para protección de su territorio. Las últimas torres se demolieron a inicios del siglo XX.
Como última parada antes de agarrar el tren de regreso fuimos a Giardini Margherita. Es un parque enorme en el que había gente haciendo picnic y tomando el sol.
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