Hola a todos,
En el 2016 pisé por accidente uno de mis retenedores y se rompió. Allí empezó mi trauma a ver a dónde iba a que me hicieran otro. Cabe destacar, que desde que fui a vivir a España yo hacía todos los controles médicos en Venezuela.
Fui a un sitio que recomendó la ex jefa a Diego. Debo decir que el trato fue muy cordial y por 100 euros ya tenía mi retenedor nuevo. Aproveché para preguntarle sobre unas manchas que tenía en los dientes (soy super obsesiva con la blancura de mis dientes) y sin costo adicional me echaron bicarbonato a chorro y me las quitaron.
Luego fui un par de veces a que me hicieran las limpiezas dentales de rutina.
Empecé a ver que tenía un diente medio milímetro más abajo y ya estaba traumada por el tema. Por lo que decidí ponerme ortodoncia otra vez en la parte de arriba. Era una cosa casi imperceptible para los demás, pero me tenía amargada.
La doctora me dijo que serían 4 meses de ortodoncia y me cobraba 700 euros.
La cita es mensual y yo sentía que no apretaban casi nada. Le decía siempre que apretara un poco más, que a mi no me importaba si me dolía. Ya había pasado por 4 años de una ortodoncia traumática en bachillerato, por lo que esto no era nada para mí.
Al haberme dicho 4 meses, había organizado mis viajes largos para dentro de ese tiempo. De hecho, en septiembre de 2019 tenía planeado irme y no volver más a España. Al ver que la cosa no caminaba y que los 4 meses se habían convertido en 7, le dije que se apurara que en septiembre me iba del país.
Ahí empezó a darme las citas cada 15 días. Lo que inicialmente iban a ser 4 meses, resultaron ser 9.
Diego también se hizo la ortodoncia allí porque el resto de sitios a los que fuimos eran horribles. Inicialmente le dijeron 18 meses, por lo que en junio 2020 ya se los debían quitar.
En junio Diego le pregunta cuándo se los quitaban porque teníamos pendiente un viaje a Turquía de varios meses y no nos íbamos a ir hasta que no le quitaran los aparatos. Luego de que les recordáramos que en junio se cumplían los 18 meses, la respuesta de la doctora fue “Yo te los dejaría hasta fin de año”. O sea, que en vez de 18 meses iban a ser 24.
Esto ya nos fastidió bastante porque vivimos viajando y contábamos con que el tiempo que nos habían dicho, iba a ser real. Empezaron a darle las citas una vez por semana, pero se notaba la incomodidad ya que estaban intentando meter a Diego cuando realmente no tenían disponibilidad.
Al final, le quitaron los aparatos a mediados de octubre, 4 meses más de lo que le habían dicho.
Nuestras ortodoncias eran seguramente los casos más fáciles, pero lo malo es que tienen un método de trabajo que es igual para todo el mundo. Entiendo que si es una ortodoncia de niños, da igual que se tarde más tiempo, pero la ortodoncia en adultos se debería tratar de otra forma.
En conclusión, antes de que Diego decidiera hacerse la ortodoncia allí, fuimos a informarnos en otros sitios y nos quedamos horrorizados, «dentistas» con alientos putrefactos, con dientes torcidos, con dientes amarillos y llenos de sarro. Todas las que trabajan en Covadonga Balaguer tienen los dientes perfectos.
Creo que esta ortodoncia es lo mejor que vas a encontrar en Valencia porque Covadonga es una excelente profesional y sabe lo que hace; además, son honestos y tienen precios razonables. El único punto a mejorar es gestionar las ortodoncias de adultos de forma más efectiva o al menos explicar bien que los tiempos que te dan son un estimado que seguramente se va a alargar.
Por último, algo que me gusta mucho es que solo hay mujeres trabajando en la clínica.