Hola a todos,
Desde Estambul se pueden visitar muchos sitios de playa que están relativamente cerca en barco y es muy barato porque el barco también es transporte público. Nosotros fuimos un domingo a visitar las Princes’ Islands.
Las Islas Príncipe o Adalar son un distrito de Estambul en el Mar de Mármara. El archipiélago está compuesto por 9 islas, siendo la más grande Büyükada con casi 6km2. Las islas son Heybeliada, Büyükada, Burgazada, Kinaliada, Sedef, Yassiada, Tavsan, Kasik y Sivriada. Las 4 últimas no tienen asentamiento humano permanente.
Durante el periodo bizantino los miembros de la realeza eran exiliados a estas islas y de ahí su nombre. En el siglo XIX se convirtieron en el refugio de moda para la aristocracia otomana que construyó palacios de madera y villas de estilo victoriano, por lo que las islas se convirtieron en un centro de riqueza para Estambul.
Con el pasar de los años, la clase alta turca prefirió pasar las vacaciones en la costa mediterránea del país, por lo que las islas quedaron como destino turístico de fin de semana para las familias estambulíes de clase baja.
Están prohibidos los vehículos motorizados por lo que puedes recorrer en bicicleta o a pie; aún así, hay unos pequeños autobuses eléctricos que parecen de juguete que son el transporte público.
Los barcos que salen de Estambul solo paran en las cuatro islas principales: Büyükada, Heybeliada, Burgazada y Kinaliada. Nosotros visitamos Büyükada que es la que queda más lejos (última parada) y Kinaliada de regreso que es la más cercana a Estambul.
Ese día nos tocó un solazo hermoso que agradecimos luego de mucha lluvia. Las vistas desde el barco son hermosas y vas apreciando todos los puntos importantes de la ciudad.
Las gaviotas van detrás del barco por un buen rato porque lamentablemente los turistas les dan comida.
Tardamos más de una hora en llegar a Büyükada, pero el camino no se hace largo porque el paisaje es super lindo. Esta vez nos dedicamos más a pasear tranquilamente en vez de estar buscando las cosas turísticas. No había prácticamente nadie por las calles y nosotros encantados; vivir allí en temporada baja debe ser una dicha sin gente, sin vecinos, sin ruido de autos.
Las casas victorianas me encantaron, me recordó a cuando he visto New Orleans en las películas. Otra cosa que aprecié mucho fue que las calles estaban limpias, aquello no parecía Turquía y mucho menos Estambul.
Vimos algunas de las playas de la isla y son feas. Nada que ver con las de la zona de Fethiye. De arena marrón y nada especial.
Almorzamos en un restaurante justo en el centro una sopa de lentejas, ensalada y hummus. En las islas lo típico es comer pescado o marisco y los restaurantes son todos de lo mismo.
Agarramos de nuevo el barco y fuimos a Kinaliada. Vi que en la punta de una montaña había una antena y le dije a Diego que quería subir para tomar fotos de las vistas. Las calles que subían eran casi verticales y estaba todo igual de vacío.
Llegamos a la antena y alrededor estaba lleno de ranchos, pero tampoco había gente allí. Fuimos a ver un convento y bajamos por el otro lado de la isla para dar la vuelta caminando. Cuando empezamos a meternos por un camino en medio del monte para bajar la montaña, salió una gata corriendo hacia nosotros. Nos acompañó todo el camino, la llamamos Josecita en honor a Josecito (nuestro perro maravilla de Costa Rica). Llegamos a la carretera y aun venía con nosotros; encontramos a unos locales paseando que le echaron comida y se quedó allí. Ese fue su final feliz y el nuestro.
Seguimos caminando y la parte de atrás de la isla estaba llena de ranchos y basureros.
La visita a Prince’s Islands vale la pena sobre todo porque no tiene nada que ver con la suciedad y el caos de Estambul; eso sí, en temporada baja. Además, las islas son muy verdes. En verano tienen que ser un infierno de gente y tampoco es que valga la pena ir en esa época para bañarse en las playas, porque no es lo más especial que vas a encontrar en Turquía.
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