Hola a todos,
Después de haberles contado el jueves pasado las visitas que hice en Malta, hoy les doy mi opinión sobre la isla:
Es un “peladero de chivo”
“Peladero de chivo” es una expresión venezolana para referirse a un sitio en el que no hay nada, casi siempre desértico. Eso fue lo que dije yo cuando íbamos llegando y vi la isla desde el avión.
Malta es desierto y pura piedra. Las playas arena que hay son contadas y están super masificadas; el resto son piedras con una escalera para meterte en el agua. Por lo que no considero que sea un destino que valga la pena por las playas.
Además, no hay árboles ni zonas verdes. Yo no podría vivir en un sitio así.
Más África que Unión Europea
Nosotros íbamos con la idea de que esta isla inglesa iba a parecerse mucho a Inglaterra y no tiene absolutamente nada que ver ni con Inglaterra ni con la Unión Europea.
Lo primero es que las construcciones son muy feas y de mala calidad. Es como una mezcla entre El Cairo y el Sur de España o Portugal y además unos cuantos edificios modernos que no pegaban con nada. Yo decía que el encargado del urbanismo en Malta se debe drogar.
Para mí, a excepción de 4 calles de Valletta, el resto de Malta es puro ruido visual.
Ahora vamos con lo que más me horrorizó de la isla: la basura.
Los contenedores de basura son prácticamente inexistentes y la gente deja la basura en el suelo. El reciclaje no existe.
Si en Turquía me quejaba de la basura y de lo cochina que era la gente, en Malta es mucho peor. Además, todos los sitios de interés turístico estaban cubiertos de colillas y basura. Ni se molestan en mantener en buen estado los sitios que va a ver el turista (En mi galería tienen un álbum referente a la contaminación de Malta)
Diego dijo que le parecía haber vuelto a la España de hace 30 años.
Lo opuesto al turismo sostenible
Malta es lo opuesto al turismo sostenible y al cuidado del medio ambiente.
Si ya en septiembre me pareció que estaba muy masificado todo, no me quiero imaginar la isla en los meses de julio y agosto.
Mal ambiente y gente fea
En general, en la calle ves gente fea.
Borrachos, gente tirada en las aceras comiendo de tuppers. De hecho, creo que la inmigración que tienen también es lo peor de los demás países.
Hay mucho tráfico y es imposible desplazarte en bicicleta porque no hay ni carril de bicicleta ni aceras anchas.
Transporte público caótico
Ésta también fue una gran decepción porque íbamos confiados de que el transporte público funcionaba maravillosamente y llegaba a todos los sitios.
Luego, la realidad es que no hacen las rutas marcadas, todos los autobuses van con retraso de hasta 40 minutos, las paradas tampoco son las que marcan. En el 95% de los casos, tuvimos que cambiar el itinerario porque el autobús no pasaba, o habían cambiado la parada, o habían cancelado el servicio, o el autobús hacía una ruta diferente a la que se suponía que debía hacer y nos quedábamos tirados por otro sitio.
Los mismos locales nos dijeron que el transporte público en Malta era un desastre y que teníamos que haber alquilado carro. Además, estaba todo pésimamente conectado y para ir a cualquier sitio, tenías que agarrar hasta 4 autobuses.
Malta huele a corrupción
Empezando por el hecho de que esta isla es un destino famoso para evadir impuestos. Entonces nos podemos imaginar la clase de gente y empresas que llegan a “hacer negocios”.
Una conocida que vive allí me dijo que, si quieres abrir un negocio, tienes que “conocer a alguien”.
Caminando por Valletta nos encontramos con una manifestación que exigía justicia por una periodista a la que habían asesinado porque había descubierto varios casos de corrupción y tenía las pruebas para que varias personas fueran a la cárcel.
Comida vegana
Si tengo que sacar algo positivo de Malta, lo único sería que hay un entendimiento general sobre el veganismo. A cualquier restaurante que vayas, sea vegano o no, vas a encontrar perfectamente detallado en la carta los platos veganos y vegetarianos. De hecho, tienen la opción de “veganizar” muchos platos.
En definitiva, no recomiendo Malta por nada del mundo, ni de vacaciones y mucho menos para vivir. No entiendo cómo hay gente que se va a vivir allí.
La isla no tiene nada de Unión Europea y a donde mires hay basura y decadencia. Además, algo que me resulta inentendible es cómo los alquileres turísticos cuestan entre 2000 y 3000 euros al mes. No es solo que la isla no valga nada, sino también que las calidades de los alojamientos son pésimas.
Nosotros que inicialmente teníamos planeado ir 3 o 4 meses, nos alegramos de solo haber ido 7 días porque en aquel caos es imposible vivir.
En los viajes, aunque la valoración general del lugar sea mala, casi siempre hay algo que “salva el viaje”. Por ejemplo, en Vietnam tenías los templos, en Costa Rica la naturaleza virgen, en Turquía la naturaleza, su historia y la gente. Pero es que en Malta no hay nada que me haga decir “por lo menos algo estuvo bien”.