Hola a todos,
Estando en Valencia se me rompió la barra retenedora que va fija luego de la ortodoncia. Como me había quedado un poco descontenta con el sitio al que iba antes, decidí probar en otro lugar.
Pregunté en varias clinicas dejando claro que era una urgencia y que necesitaba que me lo arreglaran en el mismo momento porque me iba a ir de viaje la semana siguiente.
Encontré Raga ortodoncia y vi que tenía buenas reseñas en Google así que llamé para hacer la cita. Cuando llegué, les dejé bien claro que yo no iba a volver nunca porque vivía viajando, por lo que necesitaba que me cambiaran la barra al momento y nada más.
Se pusieron a hacerme sesión de fotos cuando ni iba a ser paciente fija ni me iba a hacer ninguna ortodoncia con ellos. Si no vas a usar esas fotos para ver un progreso de un tratamiento de ortodoncia ¿Para qué las tomas?
La que me atendió me preguntó si llevaba carillas porque tenía los dientes muy blancos y perfectos, pero luego sale el “Dr. Raga” como si fuera una eminencia y ahí empezó el chiste.
La solución de este “profesional” era dejarme la barra rota ya que “era lo que él hacía con sus pacientes”. Que me lo limpiaba un poco y ya está. Si en un futuro se me movían los dientes, pues ya volvía y él me los arreglaría.
Me quedo en shock y le pregunto a aquel incompetente que cómo va a dejar la barra rota, que si la barra se puso entera será por algo, que lo que tenía que hacer era cambiarla.
Ahí empezó a sacarme mil historias de mis dientes: que tenía la mordida hacia adelante, que se me salía la lengua por debajo, que la lengua me estaba empujando los dientes hacia adelante y que seguro me tendría que poner ortodoncia de nuevo.
O sea que ése era el plan: dejarme la barra rota para que se me movieran los dientes y luego sacarme el dinero de una nueva ortodoncia.
La cosa parecía de programa de cámara escondida.
Le digo que yo quiero el cambio de barra porque la barra se puso entera para que cumpla una función y ahí me dice que entonces me dan cita para otro día y que tiene que hacerme un presupuesto.
El presupuesto:
La retirada y colocación del retenedor fijo eran 250 euros y aún así, otros 200 euros por concepto de visitas con el doctor. Según me explicó la asistente, esos 200 euros incluían una garantía de un año.
Si ya les había dicho que yo no iba a volver y que vivía viajando ¿Para qué me quieres cobrar 200 euros por una garantía y unas “visitas con el doctor”?
Total: 640 euros. La usurería y el robo exacerbados.
Desde que me empezaron a hacer las fotos, sabía que no iba a volver, pero aún así me quedé impactada de lo estafadores que pueden ser algunos “profesionales”.
Llamé a Covadonga Balaguer y me atendieron la urgencia esa misma tarde. Me cambiaron la barra y a los dos días siguientes me dieron el retenedor nuevo.
Pagué 50 euros por el retenedor y el cambio de la barra de urgencia ni me lo cobraron.
Si estaba un poco descontenta porque la ortodoncia que me hice se tardó más de lo que me habían dicho, salí de ahí nuevamente enamorada de la clínica y de las profesionales que allí trabajan.
Pero la historia no terminó allí, cuando me di cuenta de que las empresas pueden borrar las reseñas negativas, vi que Raga Ortodoncia también había reportado mi reseña para que Google Maps la borrara. Al apelar, la reseña fue publicada y como no podían volver a borrarla, a partir de allí se cansaron de llamarme y mandar emails.
En la respuesta a la reseña dijeron que yo estaba confundida.
Incluso meses después, Javier Raga se tomó la molestia de mandame un email pidiéndome disculpas y pidiendo que por favor matizara la reseña porque parecía que ellos eran de lo peor. No entiendo por qué se tomó la molestia ya que mi reseña era bastante genérica y nada que realmente pudiera lastimar a su negocio.
Me tomé la molestia de ver las reseñas malas y allí sí que había casos muy graves de estafa e incluso mala praxis. Menos mal que no volví.