Hola a todos,
En un post pasado les conté cómo había sido la transición de Diego de un trabajo a otro y las expectativas que tenía en ese momento. A casi dos años de estar en la nueva empresa, les cuento un poco cómo va la experiencia.
El trabajo es 100% remoto por lo que Diego puede trabajar desde cualquier parte del mundo. Esto es maravilloso porque puede ir recorriendo lugares tranquilamente sin esperar a tener vacaciones. Además, puede hacer un turismo de calidad sin estar apurado por ir “haciendo checks” y conocer la realidad y la cultura de cada lugar.
Además, tiene la libertad de organizar su horario de trabajo y distribuir su tiempo como quiera durante el día.
Aunque es un trabajo de contractor, Diego negoció su sueldo en base a tener los mismos días que vacaciones que en España. Aunque en USA no agarran tantas vacaciones como en Europa, su jefe no tuvo ningún problema sino todo lo contrario, es el primero que motiva a sus empleados a que descansen y tomen tiempo libre. Además, el sueldo es bueno y muy por encima de la media de España.
Algo muy gracioso es que durante las primeras semanas de trabajo Diego se quedaba maravillado y a la vez extrañado porque su jefe siempre le daba las gracias por su trabajo y le preguntaba qué tal iba y cómo se sentía.
Me decía siempre que su jefe era muy buena gente.
Piensen que en casi 10 años de trabajo en Iberdrola nunca tuvo feedback positivo. Solo cuando renunció es que lo llamaron todos para decirle que gracias a él es que el departamento funcionaba ya que antes de su llegada, estaban estancados y nunca cumplían objetivos.
Luego de haber vivido varios años en España entiendo perfectamente lo que Diego vivió ya que en ese país el feedback positivo no existe y mucho menos dar las gracias a los empleados por el buen trabajo que hacen.
Otra cosa a destacar es que, a pesar de que Diego siempre ha sido una persona que trabaja muy bien, en esta nueva empresa estaba motivado al 100% y feliz con lo que estaba haciendo.
En Iberdrola estaba asqueado porque nadie reconocía su trabajo, todo funcionaba mal, había demasiada burocracia, era siempre un problema pedir vacaciones e incluso lo querían obligar a agarrar las vacaciones cuando no quería. Además, la empresa no pagaba las horas extras, obligaba a recuperar el tiempo que se usaba para ir al médico y cada vez controlaban más a los empleados, al límite de monitorizar el tiempo que usaban para ir al baño.
Ahora hablemos de crecimiento profesional.
En Iberdrola Diego se sentía estancado. Le costó 8 años cambiar de departamento y subir de categoría y aún así, no tenía ni el nivel ni el sueldo que le correspondían por su experiencia y formación.
En el nuevo departamento también se quedó estancado y haciendo siempre a lo mismo a pesar de que le habían prometido que haría muchas cosas nuevas y podría poner en práctica los conocimientos adquiridos en los dos másteres que realizó. Además, basándonos en el funcionamiento de la empresa y en lo mucho que cuesta subir de categoría, Diego sabía que seguir allí significaba su muerte profesional.
En su nuevo trabajo, aprendió más en un año que lo que aprendió en Iberdrola en 10.
A eso súmenle un equipo de trabajo espectacular del que Diego también puede nutrirse. Además de esto, el ambiente es genial y todos trabajan como equipo; no hay dramas, ni peleas, ni acoso laboral, ni maltrato ni ninguna de esas dinámicas que son tan comunes y normales en España.
Yo noté la diferencia porque lo veo feliz haciendo su trabajo, porque aprecia a sus compañeros y a su jefe, porque nunca está agobiado y porque nunca ha tenido una palabra negativa para su empresa.
El primer año de trabajo, con el tema del covid no agarramos vacaciones porque tampoco se podía viajar mucho y cuando finalmente nos íbamos dos semanas de vacaciones, Diego me dijo “¿Sabes que no me siento cansado ni desesperado por irme de vacaciones como me pasaba en Iberdrola?”
De hecho, si en algún momento se tiene que conectar durante sus vacaciones porque hay algún problema que solo puede arreglar él o porque su jefe le pide que esté en alguna reunión, lo hace más que contento. Además de que cualquier minuto extra que hace, la empresa se lo paga, que es lo normal.
Al empezar a trabajar, Diego acordó revisar su sueldo a los seis meses. Se esperó un año para demostrar su valía y habló con su jefe para pedir un aumento y se lo dieron sin ningún problema y además le recalcaron que estaban muy contentos con su trabajo. Diego no se lo podía creer.
Eso no existe en Iberdrola y mucho menos en España. En Iberdrola Diego tenía un sueldo que estaba por encima de la media de España, pero aun así, no era lo que le correspondía de acuerdo a su formación y experiencia.
Yo no conozco personalmente a su jefe, pero soy su fan. Para mí lo que tiene Diego en BetterComp es lo que todos quisiéramos tener en un trabajo.
En definitiva, Diego tiene en su empresa todo lo que más valora: poder trabajar con nuevas tecnologías y crecer profesionalmente, la libertad de trabajar en remoto, excelente equipo y ambiente de trabajo, buen sueldo y la posibilidad de organizar su horario como quiere.