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Lima es una ciudad en pleno crecimiento

Hola a todos,

Llegamos a Lima a finales de enero de 2022. El paisaje desde el avión me recordó a Marruecos y Egipto.

Lo primero que notamos al llegar al aeropuerto es que se seguían impecablemente los protocolos sanitarios por covid. Gran parte del personal del aeropuerto incluso llevaba los trajes completos. Viniendo del desastre de Colombia, nos quedamos maravillados de aquel orden. Pasamos mil controles de seguridad e incluso nos revisaron la maleta y aun así salimos más rápido que de ningún otro aeropuerto.

En Lima exigían certificado covid incluso para entrar al supermercado o sacar dinero del cajero. Lo que más admiraba era que no veías a nadie en la calle con la mascarilla mal puesta. De hecho, la gente la usaba hasta para hacer deporte.

Además, me abrumó la educación desde el primer día. La gente en el supermercado te escuchaba hablando de algún producto y si estaban en el medio, se quitaban inmediatamente y te daban paso.

Cuando estábamos como locos buscando una sim de prepago, un chico de una tienda de Claro nos regaló la de un amigo suyo y así tuvimos línea por un mes. Nos salvó la vida porque no se encontraban líneas de prepago en ningún sitio.

En las tiendas, salvo pocas excepciones, también te atendían con esmero y dedicación. En Falabella para comprar unos audífonos el chico estuvo con nosotros como una hora y nos los consiguió incluso más baratos que comprándolos online y al final se despidió de nosotros como si fuéramos amigos de toda la vida.

Por las calles se puede caminar tranquilamente sin el miedo de que te vayan a robar. Imagínense el gran cambio que significó para nosotros viniendo del horror de Colombia.

Casi todos los taxis/Uber eran normales, estaban limpios y tenían cinturones de seguridad.

Lo que visitamos en/desde Lima:

  • Centro

El centro de Lima está limpio, cuidado y no se siente inseguridad. Aquí valoramos aún más las cosas normales como aceras, semáforos, paso de peatones etc., nos parecían un lujo. Algo importantísimo es que no había indigentes en la calle y durante los 3 meses que estuvimos en Lima, vimos muy pocos.

Aquí visitamos las Catacumbas del Convento de San Francisco que cuestan 15 soles por persona; es obligatorio visitar con guía que va incluido en el precio. Como llegamos temprano, éramos los únicos y el tour fue relajado e interesante.

  • Miraflores y Barranco

Estas son las dos mejores zonas para vivir de Lima y Miraflores es la más cara. Además, caminamos toda la zona de playas de Lima desde Chorrillos hasta Magdalena del Mar.

  • Huaca Pucllana

Es un complejo arqueológico anterior a los Incas. La entrada por persona cuesta 15 soles y es obligatorio hacer la visita guiada (va incluido). El tour interesante.

En 1981 empezó el proceso social de investigar qué había allí y de recuperar toda la zona. Antes era una montaña de tierra y un basurero, además la zona era muy peligrosa.

En 2005 se hizo la primera visita que duró 5 minutos porque había muy poco que ver. Se tardaron la mayoría del tiempo quitando basura. El complejo va a estar terminado en 2050.

  • Museos

Visitamos todos los museos de Lima porque pasamos tres meses en la ciudad. Casi todos son gratuitos y hay que hacer la reserva por internet. Nosotros visitamos durante la semana y a primera hora, por lo que tuvimos los museos para nosotros solos. Además, me quedé maravillada de que todos estaban impecables y muy bien cuidados.

No visité el Museo Larco ni el Museo de Arte Nacional porque me parecieron caros para lo poco que ofrecían.

Además, visitamos la Fortaleza del Real Felipe en Callao.

Experiencia general en Lima

Lima es una ciudad relativamente limpia y ordenada que no está mal. A pesar de ser un desierto, es verde porque hay un gran trabajo para mantener la vegetación; todos los parques se riegan dos veces al día y siempre ves gente trabajando en las áreas verdes.  Aunque es una ciudad en la que no ves casi basura, es bastante polvorienta por el tipo de tierra de la zona.

No la recomiendo para una estadía larga porque tiene mucho tráfico y las calles son excesivamente ruidosas. Nosotros pasamos los primeros dos meses en la zona de Lince y el segundo mes se hizo insoportable por el ruido excesivo, sobre todo en nuestro alojamiento porque el edificio estaba en una avenida principal.

En las horas pico era una locura de ambulancias, bomberos y carros tocando corneta. Me quedé encantada con los peruanos por su educación y gentileza, pero los que manejaban parecían locos. Además, al tráfico hay que sumarle el ruido de construcciones ya que las zonas de Lince y San Isidro (principalmente) estaban en pleno boom arquitectónico. Otra cosa insoportable: las alarmas de los carros están sonando por todos lados durante todo el día.  

Barranco y Miraflores (la más cara) son las mejores zonas de Lima y la mejor opción para alojarse. Lince y San Isidro también son buenas zonas, pero tienen muchísimo más tráfico y no las recomiendo; de todas formas, depende de la calle que te toque. Aun así, siempre va a haber ruido.

Es importante que si van a buscar alojamiento, vean exactamente donde se encuentra con el Google Maps, esto va a marcar la diferencia entre poder dormir o no. Recuerden que las construcciones en Latinoamérica están pésimamente aisladas y tienes que asegurarte que el hotel o el edificio esté en una calle pequeña por donde no pase tráfico.

Respecto a alquileres turísticos, aquí encontramos mejores alojamientos y más baratos que en Playa del Carmen y Colombia. Además, la mayoría de los anfitriones eran atentos y se preocupaban por dar un buen servicio.

Cuando visité, Lima estaba en pleno boom arquitectónico; era impresionante la cantidad de edificios nuevos y en construcción que había. La arquitectura típica de Lima está desapareciendo y las casitas de toda la vida se están cambiando por mega edificios.

Otra cosa que me gustó es que en los edificios hay una serie de normas estrictas que se siguen para asegurar el descanso, como que está prohibido hacer ruido a partir de las 18h. Si hay algún problema, llamas al personal de seguridad para que se hagan cargo y si el problema persiste, se reporta al administrador para que ponga la respectiva multa. 

Esto es algo que nosotros hubiéramos soñado en España; pero allí, si te tocan vecinos ruidosos o un perro que ladra todo el día, no te queda otra que vender el apartamento.

Lima tiene playa, pero en mi opinión, no es bonita y es toda de piedra; además, tienes la autopista justo detrás, por lo que estás bañándote en la playa escuchando el caos de tráfico.

Los supermercados están muy bien abastecidos y hay de todo. Me sorprendió encontrar la quinoa barata como cualquier otra legumbre tipo lentejas; en Europa cuesta más cara. En general, la comida es de muy buena calidad y había muchísima variedad de fruta y vegetales; además de tener el mejor maíz del mundo.

Los centros médicos parecen funcionar bien. Tuve que hacer mi eco mamario de control en Lima, me costó $35, me atendieron sin ninguna espera y en 20 minutos me dieron los resultados. También nos pusimos Botox que nos salió más barato que en Europa y la atención fue excelente.

Hay cosas que cuestan más caras que en Europa. De la comida, el aceite de oliva, el tofu, los frutos secos y demás semillas, eran carísimos. El skincare también tiene unos precios de locura; por ejemplo, los productos de The Ordinary costaban 4 veces más caros que en Europa o Estados Unidos. Pregunté precios de depilación láser y la sesión de cuerpo completo para hombre costaba entre $250 y $1000, cuando en España cuesta $120.

Los gimnasios y las piscinas eran excesivamente caros. Una hora de piscina costaba $10. Los gimnasios costaban entre $100 y $200 al mes y solo podías ir 3 veces a la semana.

También nos pusimos la tercera dosis de la vacuna de Covid en Lima y me quedé encantada de lo bien que funcionaba todo. Mucho más organizado y mejor atención que en España. Considera también que en pocos paises te puedes poner una vacuna gratis siendo turista.

En general, la estadía en Lima estuvo bien y más considerando que llegamos traumatizados de Colombia. Me encantó el orden, la limpieza, la educación y amabilidad de los peruanos, el buen funcionamiento de todo. Lo malo es el excesivo ruido que hay en las calles (luego del primer mes me estaba volviendo loca) y por eso no podría vivir allí. Además, no hay parques o zonas verdes grandes por lo que no tienes ningún lugar para pasear o hacer deporte. Estuvimos allí tres meses y además de parques grandes, nos faltó tener una buena rutina semanal de deporte ya que las piscinas y los gimnasios eran excesivamente caros y con planes muy limitantes.

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