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Se rompe una tubería del baño y nos toca pagar 400 euros

Hola a todos,

El día 11 de enero de 2024 será recordado como un día traumático.

Este día era jueves por lo que no teníamos clases de crossfit. Desayunamos en el sofá como siempre y cuando entro al cuarto para lavarme los dientes y arreglarme, me encuentro todo inundado.

Al principio pensaba que el agua se había salido del deshumidificador, pero vi que el deshumidificador no tenía agua alrededor.

Fui al baño y vi que de uno de los tubos del bidet estaba saliendo agua a chorro, traté de cerrar el paso de agua y el tubo entero me quedó en la mano por lo que empezó a salir todavía más agua.

Le grité a Diego que corriera a cerrar el paso de agua a la casa.

Cabe destacar que mientras en las casas normales se puede cortar el paso de agua de un solo sector sin tener que quitar el agua a toda la casa, en Portugal las construcciones son una porquería y se hace todo cada vez más precario; por lo que tienes que salir a la calle a cerrar el paso de agua de toda la casa.

En nuestros apartamentos de Valencia se podía cerrar el paso de agua de cada baño separadamente o solo a la cocina.

Luego de que Diego cerrara el agua, procedimos a secar todo lo que estaba inundado que llegaba a debajo de la cama.

Yo estaba aterrorizada porque como en Porto las casas son de cartón (pladur), tranquilamente se podía derretir todo de la humedad.

Al mismo tiempo yo hacía fotos y videos de todo para pasarlo al seguro.

Nos dimos cuenta de que en el baño de abajo estaba cayendo agua del techo y todo estaba inundado.

Mientras Diego secaba la parte de abajo, yo hablaba con mi electricista a ver si podía mandarme a alguien urgentemente para cambiar el tubo.

Me dijo que su colega me llamaría y me quedé horas esperando.

Diego salió a pedir ayuda a los vecinos que trabajan en frente haciendo muebles y un señor vino a intentar arreglarlo, pero no pudo desenroscar el pedacito de pieza rota que quedaba dentro del tubo.

Nos dijo que en Portugal antes también hacían las instalaciones para que se pudiera cortar el agua por sectores, pero como cada vez las obras y construcciones se hacían más baratas, cada vez se quitaban más cosas y se hacían las construcciones peores.

En Porto la grandísima mayoría de la gente que presta servicios trabaja mal o se dedican a estafar, entonces es muy difícil encontrar a alguien que trabaje bien. Por eso le pedí a mi electricista que me recomendara a alguien de confianza.

Por lo tanto, la gente que trabaja bien tiene muchísimo trabajo.

Como a mediodía todavía no me había contactado nadie y no teníamos agua ni siquiera para lavarnos los dientes, decidí buscar en fixando para ver si alguien podía venir de urgencia.

Un señor me llamó inmediatamente y vino a la casa.

Lo que había que hacer era tan simple como cambiar el tubo partido, pero como las paredes son de pladur y todas las tuberías están dentro de la pared sueltas sin ningún apoyo, el señor no conseguía sacar el pedazo de pieza rota que quedaba dentro del tubo.

Nos dijo que iban a tener que romper la pared para poder agarrar el tubo y sacarle el pedazo de pieza rota.

Ahí le dije que probara a agarrar el tubo con una brida a ver si conseguía desenroscar el trozo de tubo roto.

Lo consiguió, cambió el tubo y volvió a colocar el bidet en su lugar.

Lo que yo me imaginaba que iba a costar como mucho 70 euros, costó casi 400.

Piensen que la mayoría de gente en Portugal cobra 650 euros al mes.

El hombre se fue y luego de limpiarlo todo me di cuenta de que el otro tubo ahora estaba goteando.

No era el tubo que él había arreglado, pero de mover el bidet seguramente algo había pasado.

Lo llamé para que viniera lo antes posible y en la noche vino y cambió una goma del tubo y parecía que se había resuelto el problema.

Luego de este día infernal nos pusimos a pensar en que desde que nos habíamos mudado a Porto, nunca habíamos cerrado el agua cuando nos íbamos de vacaciones.

Cuando vivíamos en España e incluso cuando yo vivía en Venezuela, siempre cerrábamos el paso de agua y quitábamos la electricidad cuando nos íbamos de viaje.

En cambio, en Porto se nos había olvidado completamente hacerlo.

Lo que nos pasó este día fue como un llamado del destino para que no bajáramos la guardia en Porto.

Dentro de lo horrible y traumático que había sido este día, me sentí afortunada de que pasó cuando estábamos en la casa, sobre todo porque en dos días nos íbamos de viaje a Cabo Verde y si hubiera pasado mientras estábamos de viaje, la casa hubiera quedado irrecuperable.

Pasamos el reporte del accidente al seguro y fue otro disgusto cuando nos dimos cuenta de que teníamos un deducible de 100 euros, por lo que también quedó como nota mental cambiar a un seguro que no tuviera deducible.

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