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Intercambio Porto/Narrabeen. Las banderas rojas que no supimos ver

Hola a todos,

En el post de hoy les voy a contar un poco sobre Mar y Val, quienes haciéndose los simpáticos nos engañaron para intentar meter a sus amigos en nuestra casa y mintieron sistemáticamente para justificar su comportamiento errático e irrespetuoso.

Como ya les he contado en artículos anteriores, esta pareja nos contactó a mediados de julio para hacer un intercambio de casas de 3 meses.

Nos pidieron hacer una video llamada para conocernos ya que en ese momento ambos éramos nuevos en la plataforma.

Aquí viene la primera bandera roja. Estuvimos hablando durante casi una hora y desde el inicio Mar se giraba la cámara hacia ella cada vez que hablaba, dejando a Val fuera de la pantalla, por lo que Val tenía que volver a girar la cámara cada vez que quería hablar. Así estuvieron una hora girando la computadora de un lado a otro.

En ese momento nos pareció gracioso, pero ahora me doy cuenta de que era una señal de que no estaban bien de la cabeza.

En ese momento el video de la casa que yo tenía era en el que se mostraban las dos habitaciones y Mar inmediatamente pidió una excepción para usar las dos habitaciones y los dos baños ya que “ellos trabajaban en diferentes horarios y dormían separados”.

Otra bandera roja. En primer lugar, ellos en su apartamento solo tenía un baño. Entonces ¿Cómo era que en mi casa necesitaban usar los dos baños?

En segundo lugar, aunque tengas horarios de trabajo diferentes, no hay necesidad de dormir separados.

En ese momento aceptamos hacer la excepción porque nos hacía ilusión ir a Australia y porque queríamos que estuvieran cómodos durante los 3 meses que iban a estar en nuestra casa.

Solo por pedir la excepción, les tenía que haber cancelado la solicitud. Si ella leyó la descripción de la propiedad y decía que solo se compartía una habitación y ella “necesitaba dos habitaciones”, lo lógico era que hubiera buscado otra propiedad en vez de estar pidiendo excepciones.

Luego de allí estuvimos meses sin hablar hasta que luego del intercambio con Heidi yo les mandé la guía de la casa actualizada en la que se hacía más hincapié en el tema de la limpieza. Enseguida Mar preguntó qué había pasado y le dije que simplemente Heidi no había limpiado en todo el mes.

Varias veces Val escribió cosas raras en el chat de Home Exchange y daba la impresión de que estuviera borracho.

Yo siempre fui muy comunicativa para que me dijeran las cosas que iban a necesitar y a finales de enero les pregunté si con dos juegos de toallas por persona era suficiente y me dijo Mar que sí. En los posts anteriores pueden ver todo el problema que hubo respecto a esto.

En todos esos meses solo hablábamos con Mar por WhatsApp ya que Val supuestamente por motivos de seguridad de su empresa “no podía tener Whatsapp”.

El 4 de febrero ellos pidieron hacer una segunda video llamada . Estuvimos casi una hora hablando y justo al final dijeron muy simpáticamente que Mar había invitado a sus amigos de Italia a quedarse en nuestra casa porque “en Australia no la visitaban nunca”.

Nos quedamos en shock con la revelación y no dijimos que no porque no nos dio tiempo de asimilar la manera apoteósica en la que nos habían engañado con lo de los supuestos horarios diferentes para que hiciéramos la excepción.

Diego dijo que desde el primer momento ella tenía planeado meter a sus amigos en nuestra casa.

Para empeorar aún más la situación, no dijeron ni cuándo, ni para cuántos días, ni quiénes eran, ni cuántos eran.

La situación era muy turbia. En ese momento teníamos que haberles cancelado el intercambio. A partir de allí nos sentimos estafados, pero no dijimos nada.

Luego Val, quién supuestamente no podía usar WhatsApp porque su empresa no se lo permitía por razones de seguridad, un día me escribe por WhatsApp porque resulta que su empresa ahora sí le permitía usar la aplicación.

Inmediatamente procede a crear un grupo de WhatsApp pidiendo que yo metiera a Diego cuando nosotros ya hace meses teníamos un grupo de WhatsApp con Mar.

¿En dónde vivía este hombre que no sabía que hace meses su esposa estaba en un grupo de WhatsApp con nosotros?

Volvimos a pensar que quizás estaba borracho.

A 3 días de nuestra partida yo seguía enviando información de vital importancia para el uso y cuidado de la casa y recién responde Val que sus padres habían tenido un accidente pero que eso no afectaría nuestra estadía ya que ellos se estaban quedando en casa de sus padres.

Llegamos a la casa de Narrabeen y no hubo ni un mensaje para darnos la bienvenida. Al día siguiente tampoco nos escribieron para ver si estábamos cómodos o si habíamos dormido bien.

Desde este momento hasta el final del intercambio estuvimos pensando en Heidi, quién, aunque nos dejó la casa asquerosa, era impecable en el trato, comunicativa y simpática.

Me llamó mucho la atención que tenían alrededor de 100 botellas de alcohol en la casa, era impresionante.

Cuando Mar y Val llegaron a la casa y comenzaron a comportarse érraticamente, no lo entendíamos porque en las dos video llamadas parecían simpáticos. Luego pensamos que quizás en esos momentos estaban borrachos y por eso parecían simpáticos.

La verdad es que ese cambio tan drástico de personalidad nunca nos lo hubiéramos esperado.

La mala educación, los mensajes pasivo-agresivos, y luego cuando les ofrecimos cancelar el intercambio, dejan de responder a los mensajes y hay que pedir la intervención de Home Exchange porque parecía que estábamos lidiando con niños malcriados.

Esta gente nunca tuvo un “Buenos Días” un “Muchas gracias”, ni nada por el estilo. Mucho menos una palabra o algo positivo que decir con respecto a nuestra casa.

Y les puedo decir que nuestra casa está mucho mejor que el apartamento en el que nosotros nos estábamos quedando en Narrabeen.

A partir de allí surgieron muchas teorías sobre esta pareja que dormían separados y que parecía que ni se dirigían la palabra, aunque vivían bajo el mismo techo

Luego de ver las dos cuentas de Instagram de Mar, era evidente que esa mujer ni trabajaba ni hacía nada. Por un lado, era “artista” y había hecho todas las porquerías con las que había decorado el apartamento y por otro era “relocation coach”

Nuestra teoría es que se había juntado con Val para que la mantuviera y por la residencia.

En cambio, Val era divorciado y se había quedado pobre luego de divorciarse; por eso vivían en un apartamento en tan malas condiciones.

Cuando Nena fue a la casa mientras ellos estaban en Roma para verificar el supuesto problema con el calentador de agua, nos dimos cuenta de que realmente estaban durmiendo separados.

Aun teniendo un armario gigante vacío en la habitación de abajo, Mar es tan tonta que tenía toda su ropa sobre la cómoda y tirada por el suelo. ¿Qué necesidad hay de vivir como una indigente?

Durante la última semana, luego de 7 mensajes en la plataforma de Home Exchange, finalmente pudimos hacerles entender que tenían que volver a conectar los aparatos a sus Smart Plugs.

Mar, quién se quedó indignada por tener que obedecer las normas de la casa, inmediatamente comenzó a stalkear todas mis redes sociales a ver si encontraba algo con lo que poder molestarme.

A los 5 minutos de terminar la conversación con respecto a los enchufes, me escribe diciendo que había visto mi video en YouTube con “ciertos comentarios” sobre su apartamento y que me pedía formalmente que lo eliminara porque era un “asunto muy grave que vulnera la ley de privacidad”. (A ella lo que le molestó es que en el video también menciono las cosas malas de su apartamento)

Lo borré y le respondí exquisitamente agradeciéndole por su feedback.

Como volvió a escribir con el mismo tema, decidí responder como respondían ellos: “Puedo confirmar que lo borré”.

La forma en que estos dos individuos escribían o respondían a los mensajes también es digno de un estudio psicológico.

Además de ser mitómanos y maleducados. Mar y Val eran expertos en responder a las preguntas con algo totalmente distinto; es decir, responder sin responder.

Por ejemplo, cuando Nena encontró el robot aspirador fuera de su estación de carga, les pregunté si el aparato había funcionado mal en algún momento. La respuesta fue: “Podemos confirmar que lo dejamos cargando”.

Todo era así… “¿Me puedes confirmar…?” “Puedo confirmar…”.

Dado lo problemáticos que venían siendo desde que pusieron pie en nuestra casa, el 29 de marzo les envié un mensaje en el que les recordaba que por favor dejaran la casa exactamente como la encontraron.

Mar respondió con un mensaje todavía más largo y haciendo una lista mucho más larga de las cosas que nosotros debíamos hacer antes de irnos, diciendo que su casa estaba “impeccable and spotless”.

Como han podido ver en los pantallazos de los mensajes, ellos siempre tenían que ser los que escribieran el mensaje más largo y los que siempre tuvieran razón a base de mentir e incluso contradecirse.

Le volví a responder que no se preocupara, que íbamos a dejar todo limpio y que por favor nos avisaran la hora de salida de la casa para volver a reactivar las notificaciones de las cámaras.

Ahí volvieron a mandar un mensaje kilométrico en el que se quejaban de las cámaras de seguridad. Es decir, que estas personas que sabían desde hace más de 6 meses que en la casa había dos cámaras de seguridad exteriores y que supuestamente desde el primer día en que llegaron estaban molestos porque “se les estaba violando su privacidad” decidieron quejarse justamente ahora cuando les quedaban 4 días para irse de la casa. ¿En serio?

Ahí pensamos que seguramente estarían borrachos porque en el mensaje además se contradecían.

Si lo que decían en sus múltiples mensajes era verdad, ¿Por qué no se fueron?

Si supuestamente te están violando tu privacidad 24×7 y estás en condiciones «infrahumanas» en mi casa, ¿Por qué no dijiste que sí cuando nosotros te propusimos cancelar el intercambio?

Una vez más, volvieron a responder quejándose de que habíamos sido irrespetuosos y pidiendo que nos disculpáramos con ellos. Las mismas 2 personas que nos engañaron para intentar meter a sus amigos en nuestra casa, que habían violado las reglas desde que llegaron, que habían mentido una y otra vez para justificar su comportamiento errático e irrespetuoso y que habían sido una tortura psicológica durante un mes, ahora pretendían que les pidiéramos disculpas.

Como ya les quedaban 2 días para finalmente largarse de nuestra casa, decidimos no seguir perdiendo el tiempo en responderles.

Tengo la sensación de que ellos se pasaron un mes en mi casa simplemente maquinando cómo iban a molestar o buscar la manera de hacerse las víctimas al día siguiente. Luego de encontrar el video de YouTube, también parece que estuvieron diariamente stalkeando mis redes sociales.

Lo más gracioso es que aunque se quejaban de la humedad y del frío, tenían siempre el deshumidificador apagado (por hacerse los rebeldes) y solo tenían una estufa encendida. Porque realmente en marzo no era necesario poner calefacción.

El 3 de abril cuando por fin salieron de nuestra casa fue la mejor sensación del mundo. No se imaginan nuestra felicidad.

No sé si es por la vejez, por el alcohol, por su mala educación, por problemas mentales o por todo junto, pero Mar y Val son del tipo de personas que no deberían ni hacer intercambio de casas ni viajar. Espero que en el futuro no le arruinen las vacaciones a nadie más.

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