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Nuestro regreso a Portugal

Hola a todos,

Hoy les voy a contar cómo fue el viaje de regreso a Porto.

Como ya han podido ver en artículos anteriores, tuvimos que cancelar el intercambio de casas que habíamos planificado para 3 meses y solo pasamos un mes en Sydney.

La semana antes de partir a Sydney estuve con ansiedad por el miedo de un viaje tan largo y a la vez era un momento en el que estábamos muy bien en Porto y realmente no teníamos ganas de irnos.

Para el regreso, teníamos muchas ganas de volver y como estábamos agotados de hacer turismo y del excesivo calor de Sydney, yo solo quería subirme al avión para descansar.

Mientras los vuelos de Amsterdam a Hong Kong y de Hong Kong a Sydney fueron idílicos porque solo había asiáticos e iban todos durmiendo, los vuelos de regreso no fueron tan agradables.

Empezamos con 8 horas de vuelo de Sydney a Singapur. En este vuelo había muchísimos niños y casi todos iban llorando, por lo que pasé casi todo el vuelo con tapones de oídos.

Aun así, como íbamos en la última fila sin nadie detrás y con un asiento en el medio, tuvimos espacio para estirarnos y para descansar.

Este vuelo se me pasó rápido.

En Singapur tuvimos 4 horas de espera que también se nos pasaron volando entre que nos lavábamos los dientes y nos hacíamos el skincare.

Tengo que destacar que los baños del aeropuerto estaban impecables y eran elegantes.

El siguiente vuelo era de Singapur a Paris y duraba 13h40.

Ya en la puerta de embarque apestaba a cigarro porque casi todos eran franceses.

Habiendo estado en Sydney un mes sin ver a ningún fumador, estaba muerta de asco.

Aquí también estábamos en una fila de 3 con el asiento del medio vacío.

Lo malo es que nos tocaron 3 viejos ingleses subnormales detrás que nos arruinaron el viaje.

Apenas reclinamos nuestros asientos, comenzaron a golpear los asientos y a empujar como si no cabían. A esto sumado el hecho de que cada vez que se levantaban para ir al baño, pasaban colgándose de nuestros asientos como si no tuvieran fuerza en las piernas.

Cada vez que yo volvía a reclinar el asiento luego de comer, la señora que iba en el medio soltaba la frase “Oh dear Jesus”.

La culpa fue nuestra por no llamar a la azafata desde el primer momento.

Pudimos descansar y este vuelo de casi 14h también se me pasó relativamente rápido, pero a esa gente la hubiera matado.

Es que en un momento que estaba acostada, el viejo que estaba detrás de mí, subió mi asiento y ahí me tuve que voltear a decirle que ni se le ocurriera volver a tocar mi asiento.

Hacían tal fuerza halando los asientos al levantarse que al final del vuelo, uno de los asientos ya estaba dañado.

Si usted está viejo, obeso y no tiene agilidad ni flexibilidad para ir en clase turista, pague por ir en business y si no puede pagarlo, no viaje.

Esta vez la comida de Air France fue mejor que la de Qantas.

Llegamos al aeropuerto de Paris donde teníamos la idea de pagar el VIP Louge ya que teníamos 8 horas de espera hasta el siguiente vuelo.

Habíamos visto por internet que había un lounge de acceso gratuito.

Primero preguntamos el precio en el VIP lounge de Air France y nos dijeron que “no tenían acceso para nosotros”. Nos quedamos en shock.

La sala estaba casi completamente vacía, pero aun así ellos no querían nuestro dinero. No sé si fue por racismo o por xenofobia.

Decidimos ir entonces en busca de la sala de espera que era gratuita y resulta que dicha sala estaba cerrada desde el covid.

Preguntamos en el Yotel cuánto costaba ducharnos y eran 20 euros por persona. Aun así, no sabían cuando iban a tener disponibilidad y había más gente quejándose de cuándo iban a poder acceder a las duchas.

Nos pusimos en lista de espera, pero aun así hicimos todo en el baño (nos lavamos los dientes, skincare y nos cambiamos la ropa.).

Cuando vinieron a decirnos que las duchas estaban disponibles, ya estábamos limpios y no nos valía la pena.

Con todas estas historias, ya se nos había pasado más de la mitad del tiempo de espera, por lo que ya no nos compensaba entrar a un VIP Lounge y nos fuimos a nuestra puerta de embarque.

Quiero acotar que los baños del aeropuerto de París estaban tan sucios que era ya algo inhumano. En Europa, los aeropuertos más sucios son los de Francia y España.

Así llegamos a Porto luego de casi 2 días viajando.

En el próximo post les cuento cómo encontramos nuestra casa luego de un mes de intercambio.

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