Menú Cerrar

Hotel Robinson Cabo Verde: De la magia a la desilusión en mi segunda visita

Hola a todos,

En el post de hoy les cuento cómo fue regresar a este hotel luego de haber tenido una buena experiencia en 2024.

Aquí les dejo los artículos sobre la primera vez:

No iba a escribir nada sobre nuestro regreso ya que pensaba que iba a ser más de lo que ya había escrito en 2024, pero esta vez la experiencia no fue buena, sobre todo porque me intoxiqué con la comida.

Elegimos este hotel por ser “adults only”, tener muchas opciones veganas y estar enfocado en la vida saludable.

El año pasado fuimos con la idea de no hacer nada y simplemente relajarnos, y terminamos haciendo un montón de deporte y actividades. Nos pasábamos el día de aquí para allá entre las caminatas por la playa, las fotos, comer, hacer las actividades deportivas que tenía el hotel, sauna, y leer.

Este año íbamos con la idea de hacer un montón de cosas y recorrer un poco más la isla, e hicimos justo lo contrario.

La segunda noche en el hotel me desperté durante la madrugada con mucho dolor de estómago, fui varias veces al baño y luego de algunas horas, acabé vomitando.

Pasé el día siguiente en cama con fiebre y mucho malestar estomacal.

El cuarto día estuve mejor y aun pude caminar por la playa y hacer un poco de vida normal.

A partir del tercer día de estadía estuve siempre mal del estómago y aunque al principio pensamos que era por haber comido mucho el segundo día o por algún virus, me di cuenta de que era la comida.

No es que estuvo algún alimento malo el día en que me enfermé, sino que durante toda la semana había uno o varios alimentos de los que yo acostumbraba a comer que no estaban frescos.

Cada día había algo que sabía como si se estuviera caducando. Así, dejé de comer guacamole, zanahorias y otros alimentos que sabían raro.

Perdí completamente el apetito y tenía que obligarme a comer algo.

La confirmación de que era la comida del hotel que me mantenía constantemente intoxicada es que desde que llegué a mi casa y empecé a comer mi comida, se me quitó todo el malestar.

Además de este incidente que ya era suficiente razón para no volver, el hotel esta vez nos decepcionó.

Mientras el año pasado nos habíamos quedado encantados con las opciones veganas, este año fue mucho peor que el año anterior. Las opciones veganas no salían de arroz con alguna legumbre y verduras salteadas. Los postres veganos también fueron pésimos.

Por una parte nuestra percepción del buffet esta vez era diferente ya que el año pasado solo el hecho de tener opciones veganas nos parecía genial; y por otra parte, había bajado la calidad de la comida y lo comprobamos cuando volvimos a casa y vimos las fotos del año pasado.

Nos dieron una habitación con mejor ubicación y con vistas al mar, pero que estaba en pésimo estado. Las juntas del suelo se habían roto, los rodapiés estaban rotos, el suelo de la ducha también estaba roto. La habitación necesitaba mantenimiento urgentemente.

Esta vez la limpieza también dejó mucho que desear y de hecho había un moco pegado en una de las paredes que nadie se molestó en quitar en toda la semana.

El primer día mandé un email para quejarme de que la habitación no había sido limpiada correctamente y pedí que se hiciera una limpieza profunda.

La respuesta fue un mail de disculpas, dos botellas de vino de regalo que no nos tomamos y una carta de parte del personal de limpieza pidiendo disculpas.

Aun así, no se mejoró la limpieza de la habitación y el suelo siempre estaba asqueroso.

Nos dimos cuenta de que no usaban aspiradoras para limpiar y solo limpiaban con escoba, por lo que no hacían más que regar la suciedad.

Este año habían cambiado la logística de las toallas de playa, lo que también hacía incómodo el proceso de cambiarlas.

Una segunda estadía fue suficiente para que quedara claro que no íbamos a regresar a este hotel.

Aunque la isla estaba igual, esta vez vimos mucha gente haciendo paseos a caballo por la playa, lo que también hace que no volvamos al año siguiente ya que intentamos no ir a lugares en donde se haga turismo con animales.

El año pasado todos los días disfrutábamos mucho con los perritos que nos acompañaban y nos tomamos muchas fotos con ellos, pero este año los perros prácticamente habían desaparecido de la playa.

Los pocos perros que quedaban se habían vuelto temerosos y desconfiados, por lo que me imagino que comenzaron a maltratarlos para que se alejaran de los turistas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *