Hola a todos
Cuando estábamos haciendo el planning del viaje de Costa Rica, teníamos la duda en cuanto a si quedarnos en Cahuita o en Puerto Viejo. Descartamos el segundo porque habíamos leído que era un lugar de fiesta y pensamos que sería muy ruidoso.
En Tulum, por ejemplo, aún cuando nos habíamos alojado lejos de la zona de fiesta y resorts, en la noche el ruido de las discotecas era una pesadilla.
Como siempre tenemos un ritmo de vacaciones duro porque nos levantamos temprano y estamos todo el día caminando, cuando llegamos al hotel, necesitamos descansar. Habiendo acotado esto, decidimos hacer base en Cahuita.
Luego de conocer el parque nacional y Playa Negra, al día siguiente habíamos planeado agarrar el bus para ir a Puerto Viejo. Ese día, estuvo lloviendo toda la mañana y a mediodía finalmente pudimos salir del hotel.
Nos quedamos en Playa Cocles que es la que está más cerca del pueblo. Llegamos al final, pusimos nuestras cosas debajo de una mata de almendrón y enseguida vino un salvavidas a decirnos que no entráramos al mar por esa parte porque era muy peligroso por las rocas y la corriente. Por lo que nos fuimos a donde estaba la bandera amarilla, que era la única parte por la que nos podíamos bañar.
El agua del mar era marrón y con muchos pedacitos de hojas, tronquitos y almendrones. Yo tenía traje baño entero y me picaba todo.
En Puerto Viejo puedes ver como los locales llegan en sus motos y se sientan a contemplar el mar. Además, la playa estaba llena de gente joven y surfistas.
Allí nos quedamos hasta el atardecer; luego fuimos caminando hasta la parada de autobús de Puerto Viejo que quedaba a 30 minutos. Lo primero que vimos es que había más vida y movimiento. En Cahuita había pocas opciones para comer y nada de iluminación en las calles. Además, solo hay dos mercados y no tienen casi nada. En Puerto Viejo había puesticos de fruta por todos lados.
Al día siguiente agarramos el autobús temprano y volvimos a Puerto Viejo. Esta vez nos quedamos más adelante, un poco antes de Manzanillo. El autobús nos dejó en medio de la carretera y nos ubicamos con el GPS para buscar alguna entrada a la playa. Nos metimos por un camino que pasaba al lado de una casa y en medio de unos campos llenos de vacas.
Llegamos a Playa Grande según nos marcaba el mapa y era una preciosidad. Playa de arena blanca y agua cristalina donde la vista se te pierde. Ahí estuvimos un rato y tomamos el sol antes de comenzar el recorrido.
La idea era regresar caminando hasta Puerto Viejo por la playa. Lo primero que encontramos fue Punta Uva que es lo que más te recomiendan los locales. Ahí el agua sigue siendo cristalina pero el resto del recorrido ya vuelve a ser revuelta y marrón.
Tuvimos que salir un par de veces a la carretera ya que la playa se cortaba, lo que fue bueno ya que compramos otra botella de agua y cambures. También nos encontramos un coco que Diego abrió dándole golpes contra una piedra.
Al final, antes de llegar a Cocles, tuvimos que pasar un rio grande con la mochila en la cabeza. Empezamos el recorrido a las 10am y llegamos a la estación de autobús de Puerto Viejo a las 18h agotados de tanto caminar.
Para nosotros hubiera sido mejor tener el hotel en Puerto Viejo ya que hay mayor oferta de restaurantes, supermercados, puestos de frutas y playas. Para Cahuita solo se necesita un día. No hay tanto ambiente de fiesta como nos imaginábamos así que hubiera sido la mejor opción. Además, en Puerto Viejo tienes los autobuses con mucha frecuencia que te llevan de una playa a otra a un precio accesible. Lo que le recomiendan a los turistas es ir en bicicleta, pero no hay carril bici y no me pareció seguro por cómo conducían los locales. Para nosotros lo más lindo fue hacerlo todo caminando por la playa.
Aquí les dejo el link por si quieren ver el video de lo que fue nuestro paso por Cahuita y Puerto Viejo: