Hola a todos,
Cuando viví en España siempre compré directamente en la tienda de Ikea.
En Porto, el mismo día que compramos la casa fuimos a Ikea a ver los muebles que yo había previamente seleccionado.
Decidí comprar en Ikea directamente pensando que era lo más barato que iba a encontrar, pero tampoco crean que es tal cosa. Investigando bien, seguramente hay mejores opciones y, sobre todo, con un mejor servicio al cliente.
Hicimos el primer pedido por internet en el que estaba la cama, el sofá y el comedor. Debían entregarlo todo un martes.
Resulta que cuando vienen a hacer la entrega, faltaba el sofá y una silla del comedor.
Imagínense que teníamos ya una semana haciendo todo en el colchón porque no teníamos ningún otro sitio donde sentarnos.
Los que hicieron la entrega dijeron que nos llegaría una notificación con la nueva fecha de entrega y ese día no llegó nada. Contactamos con el servicio de atención al cliente y nos dijeron que lo entregarían en un par de días, pero no recibimos ninguna notificación.
Como dudábamos que realmente fuera verdad lo que nos habían dicho en el chat, fuimos directamente a la tienda de Matosinhos para que nos confirmaran que se había reprogramado la entrega para un par de días.
Resulta que la entrega se había reprogramado para dentro de un mes y estuvimos dos horas peleando para que pudieran resolver la situación.
Al final, tuvimos que esperar una semana más.
Y la silla que faltaba, llegó 2 meses después.
Nadie pidió disculpas ni ofreció ningún tipo de compensación.
Normalmente, cuando las empresas se equivocan te dan un Good Will Gesture. Pero se ve que en Portugal eso no existe.
Luego hicimos otro pedido en el que había unas toallas blancas. Para mi sorpresa, las toallas llegaron negras de suciedad.
Intentamos rechazar la entrega como se hubiera podido hacer con cualquier empresa normal y el transportista se negó. Dijo que teníamos que aceptar el paquete y ponernos en contacto con IKEA para que nos hicieran el reemplazo.
Intentamos contactar con IKEA y no hubo manera de hablar con nadie, por lo que colocamos la reclamación directamente en Livro de Reclamações para que nos hicieran la devolución de los 12 euros de las toallas.
Me importan poco los 12 euros, pero lo que me indigna es que una empresa preste un servicio así de mediocre y luego se laven las manos.
¿A quién se le ocurre enviar un producto textil sin ningún empaque?
Lo fácil que hubiera sido para la empresa simplemente emitir un cupón para usar en la próxima compra. Hubieran mantenido un cliente y hubieran resuelto el problema rápidamente.
A la reclamación de Livro de Reclamações respondieron que no iban ni a devolver el dinero ni a hacer el cambio de toallas.
Luego hicimos la reclamación ante CICAP y como ya habíamos lavado las toallas, la reclamación fue improcedente.
Piensen también en lo absurdo que es que yo me tenga que quedar con unas toallas sucias durante 8 meses para que un organismo de defensa al consumidor pueda darme la razón por 12 miserables euros.
De esta desagradable experiencia quedó el aprendizaje de que no íbamos a comprar nada más en IKEA.