Hola a todos,
Aquí tienen la primera parte de este post:
Pasaron 3 días y la pareja que se estaba quedando en nuestra casa aun no se había dignado a responder a nuestro mensaje en la plataforma para decir si querían continuar con el intercambio o no.
Afortunadamente vimos que podíamos cambiar la fecha de regreso y que no era tanto dinero como pensábamos, por lo que en ese aspecto nos quedamos más tranquilos.
Tomando en cuenta que nosotros estábamos en Australia, hubiera sido más fácil ir a comprar lo que les hiciera falta a IKEA o a cualquier tienda y así no hubieran perdido la posibilidad de hospedar a sus amigos.
Porque aunque quedaba claro que habían mentido y que desde el primer momento tenían planeado meter a sus amigos en mi casa, si no se hubieran puesto irracionales, no les hubiéramos prohibido la entrada de sus amigos.
También nos chocaba que no habían tenido ningún gesto cordial con nosotros desde que habíamos llegado a sus casas. Lo lógico en estas experiencias y cuando vas a Airbnb es que las comunicaciones sean lo más cordiales posibles, incluso cuando estás molesto.
En definitiva, en menos de 24h ya teníamos una situación que para mí era insoportable por una tontería. Habíamos hecho la excepción de que usaran las dos habitaciones, no nos negamos cuando dijeron que habían invitado a sus amigos y me había ofrecido a comprarles lo que necesitaran (aun cuando lo que querían es que yo comprara sábanas y toallas para sus amigos). Para luego tener que leer quejas con respecto al clima cuando les habíamos repetido hasta la saciedad que miraran el pronóstico del tiempo para que estuvieran preparados.
Pasados 3 días sin que nos respondieran, contactamos con el servicio de atención al cliente otra vez para decirles que Mar y Val no respondían y que era inadmisible que nos dejaran de hablar porque estaban en nuestra casa y nosotros en la de ellos.
Luego de que mandamos el mensaje, Val respondió que no tenían ninguna intención de cancelar su estadía en nuestra casa.
Nosotros mandamos un mensaje a Warren, quién nos estaba atendiendo para que nos dijera qué garantías teníamos si decidíamos cancelar el intercambio ya que nos habíamos informado en la página web y sí teníamos ciertas garantías.
Warren más nunca respondió y allí nos dimos cuenta del pésimo funcionamiento de Home Exchange y de que realmente no tienes ningún tipo de ayuda si el intercambio de casas termina mal.
Al día siguiente Val nos mandó a través de WhatsApp una foto de una carta que me había llegado de la Procuraduría de la República y fue una suerte porque en esa carta me citaban para ir a declarar el día 8 de abril. Lo que significaba que ya teníamos otra razón para regresar a nuestra casa.
Hubiera podido intentar cambiar la fecha, pero yo no iba a estar soportando su mala educación y hostilidad durante 3 meses.
Inmediatamente mandamos un mensaje al email de emergencia de Home Exchange con la foto de la carta y les notificamos que salíamos el 3 de abril de Sydney y llegábamos el 4 de abril a Porto a las 7Am, por lo que era mejor que el 3 de abril ya estuvieran fuera de nuestra casa.
También notificamos a Mar y a Val a través de la plataforma.
Después de escribir varias veces, finalmente Warren respondió y dijo que ya estaba ayudándolos a encontrar un nuevo alojamiento.
De parte de Mar y Val no recibimos ninguna respuesta en el chat de la plataforma.
A los días, decidimos revisar los Smart plugs de la casa y aparecían todos “offline” lo que significa que ellos se habían dado la tarea de desconectar los smartplugs simplemente para hacernos molestar.
Les escribimos nuevamente a través de la plataforma, siempre con la mayor cordialidad, para preguntar qué había pasado ya que no pueden desconectar los aparatos de los Smart plugs.
Tenemos 4 smart plugs: calentador de agua, las dos estufas y el deshumidificador.
El Smart plug del calentador de agua está programado para cargar durante la madrugada y el del deshumidificador para que funcione de 7AM a 22h.
Los dos Smart plugs de las estufas no tenían ninguna programación.
Respondieron diciendo que no les gustaba el horario que habíamos puesto para el deshumidificador y por eso lo desconectaron, lo que no tenía ningún sentido ya que les habíamos dicho que podíamos modificar el horario para que fuera el más conveniente para ellos. Bastaba comunicarlo.
Respecto al calentador de agua dijeron que “se habían quedado sin agua caliente varias veces y que el Smart plug se apagaba de vez en cuando”.
Nuevamente, nos habían bombardeado a mentiras.
Les mandé otro mensaje en el que ponía hincapié en la necesidad de mantener la comunicación ya que ellos no pueden hacer lo que les da la gana en nuestra casa; además, les dije que era muy raro que supuestamente el calentador y el Smart plug estén funcionando mal cuando son nuevos y cuando en casi dos años nosotros no hemos tenido ningún problema y la persona que se quedó en nuestra casa en noviembre, tampoco tuvo ningún problema.
Lo más importante: si algo en la casa no funciona y supuestamente te estás quedando sin agua caliente, lo que debe hacer una persona normal es notificarlo al dueño de la casa para que le resuelvan el problema.
Por lo que una vez más, habían mentido para justificar su comportamiento infantil.
Allí le volvimos a escribir a Warren de Home Exchange para que les diera un llamado de atención ya que ellos no se iban a pasar las últimas dos semanas haciendo lo que les daba la gana en mi casa y que, si eso era lo que pretendían, nosotros podíamos volver a cambiar el vuelo para sacarlos de mi casa lo antes posible.
Lo bueno es que nos dijeron que estarían una semana en Roma y eso nos dejó más tranquilos porque era una semana en la que no íbamos a estar preocupados por lo que estas dos personas pudieran estar haciendo en nuestra casa.
Aun así, estábamos preocupados porque como Mar y Val mentían sistemáticamente para justificar hacer lo que les diera la gana, además de ser irrespetuosos y maleducados, comenzamos a pensar que seguramente habrían dejado la calefacción encendida durante esa semana, lo que suponía un riesgo de incendio.
Con la excusa de verificar el supuesto problema que tenían con el calentador de agua, le pedí a Nena que fuera a la casa a ver si realmente estaba todo desenchufado. La buena noticia es que no habían dejado la calefacción encendida y la mala es que la casa era un desastre.
Mar es tan absurdamente irracional, que, teniendo un armario gigante vacío en la habitación de abajo, tenía su ropa tirada por todo el suelo en nuestra habitación. De verdad, allí me di cuenta de que esa mujer no podía estar bien de la cabeza.
Cuando volvieron de Roma aun hubo que escribirles otra vez y repetirles por sexta vez que los aparatos debían estar conectados a sus enchufes inteligentes.
A 5 días de que finalmente se largaran de nuestra casa, les mandamos otro mensaje para recordarles las reglas de la casa y que debían dejar todo tan impecable y ordenado como lo habían encontrado. También le escribimos a Home Exchange para que por favor hicieran lo posible para que esta gente no nos destruyera la casa.
Aprendizajes luego de esta pésima experiencia:
- Pensamos que quizás un intercambio de 3 meses fue demasiado y que a partir de allí lo máximo que haríamos es un mes. Era mejor quedarnos con ganas de más que irnos aburridos del lugar.
- Quizás para lugares que están tan lejos de nuestra casa, por seguridad es mejor ir de vacaciones, pagar un hotel y ya. Si nosotros hubiéramos estado en Europa, apenas empezaron a quejarse con sus malas formas, les hubiéramos cancelado el intercambio y nos hubiéramos regresado a casa.
- Home Exchange muy posiblemente no te va a dar el soporte que necesitas por lo que es bueno prepararse y tener otras opciones.
- Lo más importante es que nunca más vamos a hacer excepciones. Luego de la estadía de Heidi lo teníamos claro y con esta experiencia, más aún. Si en un futuro nos pedían excepciones, dadas estas experiencias, lo mejor sería rechazar el intercambio.
Por último, quiero contarles que Mar y Val no consiguieron otro lugar para seguir con el intercambio de 3 meses ya que encontrar a alguien que pueda permitirse estar fuera de su país por 3 meses es algo excepcional. Al final, tuvieron que irse a un alojamiento turístico donde seguramente no iban a tener ni remotamente las comodidades que tenían en nuestra casa. Lo que sumado a tener que alquilar un carro, suponía gastar miles de euros que no hubieran tenido que gastar si se hubieran comportado como personas normales.
Pero la historia no termina aquí, aun nos queda la última semana de estadía en la que se dedicaron a quejarse hasta la saciedad.