Menú Cerrar

En Leroy Merlin no solo dan un mal servicio, sino que te intimidan para que compres

Hola a todos,

Hoy les voy a contar cómo un vendedor incompetente de Leroy Merlin me intentó intimidar para que comprara una pintura que él había hecho mal.

El 4 de agosto fuimos a Leroy Merlin a comprar unas cosas que me hacían falta para la casa; entre las cuales estaba un litro de pintura exterior color “cinzento carvão” que es la pintura con la que he pintado toda la parte exterior de mi casa.

Es una pintura que tienen que hacer en el momento.

Siempre nos había atendido una mujer muy competente y un día nos atendió un hombre que nos vendió 15 litros de pintura “cinzento carvão” (gris oscuro o gris atrancita).

En la casa, al comenzar a pintar nos dimos cuenta de que nos había dado un gris más claro y tuvimos que volver a Leroy Merlin a hacer la reclamación. Estaba la mujer de siempre y nos explicó que su compañero se había equivocado en la base. Nos devolvieron el dinero y tuvimos que regresar cuando la base correcta estuviera disponible.

En esa época aun no teníamos carro así que imagínense la pérdida de tiempo y dinero.

Por esa metida de pata colosal del vendedor incompetente no tuvimos ni una disculpa ni ningún tipo de compensación por parte de Leroy Merlin.

Así que, con esta experiencia ya íbamos con mucho cuidado porque no me quedaba de otra que seguir comprando esa pintura porque ya toda la casa estaba pintada de ese color.

El día 4 de agosto estaba un chico que nunca había visto. Le dije que quería una pintura exterior mate color cinzento carvão y me decía que solo había cinza betão.

Ya viendo que ni siquiera era capaz de buscar la pintura en el sistema, me tendría que haber ido.

Le dije que buscara por mi nombre y  dijo que no se podía, lo que era falso.

Le dije que entonces me diera el catálogo para buscar el color y la respuesta fue “A ver quién va a encontrar el color entre tantos catálogos”. Yo tardé menos de 5 segundos en encontrar el color.

Procedió a colocarlo correctamente en el sistema y finalmente lo encontró.

Nos fuimos a buscar las otras cosas mientras aquel incompetente se quedaba elaborando la pintura.

Cuando vuelvo, el chico no estaba y esperé para que, como es normal, la abriera y me enseñara el color para verificar que estuviera correcto.

Cuando finalmente volvió a su puesto de trabajo, me ve y me dice: “Ahí está la pintura, llévatela”.

Respondí que lógicamente tenía que abrirla para que yo viera el color; la abrió de mala gana y balbuceando lamentos.

Confirmé mi sospecha ya que la pintura era más clara que el color que yo le había pedido. El cinzento carvão es casi negro y el color que él había hecho era un gris más claro.

Se lo expliqué y empezó a decirme que yo me tenía que llevar la pintura porque sino era un perjuicio para él. Le dije que iba a verificar en la App de Diego si estaba la foto de la base para comprobar que estuviera correcta.

Como en la App no salía la base, le dije a Diego que nos fuéramos. No valía la pena ir a darle ninguna explicación a aquel incompetente que desde el principio no quería ni sabía hacer su trabajo.

Para mi sorpresa, cuando estábamos pagando en la caja, llegó el vendedor con el guardia de seguridad para decirme “que yo tenía que comprar la pintura” .

El guardia de seguridad tenía cara de que quería escaparse de allí.

Yo empecé a discutir con aquel tipo, cada vez más a los gritos, diciéndole que era un incompetente que no había ni siquiera sido capaz de buscar el color en el sistema.

Él insistía en que yo me tenía que llevar la pintura porque él era el técnico y me aseguraba que esa pintura que se veía gris claro, cuando se secara se iba a ver gris oscuro.

Lo que era totalmente falso y lo sabía muy bien Yo que había pintado todo el exterior de la casa y había comprado infinidad de litros de ese color. La pintura se veía igual cuando se secaba.

Como la discusión no acababa, le dije que qué era lo que pretendía trayendo al guardia de seguridad, que no iba a conseguir intimidarme y que llamara a la policía inmediatamente para resolver el problema porque yo no me iba a llevar una pintura del color equivocado.

En ese momento, el vendedor incompetente balbuceó algunas palabras y se fue.

Todo esto, por un litro de pintura de miserables 13 euros que suponían una pérdida para la empresa.

Si se preocupaba tanto por la empresa, era mejor y más provechoso que hiciera su trabajo bien.

Lógicamente llegamos a la casa a poner las reclamaciones en Portal Queixa y en Livro de Reclamações, pero si leen mi blog, ya saben que en Portugal no existe ni la ley ni la justicia, osea que eran reclamaciones que no iban a llegar a ninguna parte.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *