Hola a todos,
Estuve en Venezia en 2009 y fuimos en tren a pasar el día. Me acuerdo de que no me quedó un grato recuerdo porque todo olía mal y estaba sucio. También recuerdo que en la Piazza San Marco no estuve ni 20 minutos del asco que me daban las palomas volando por encima.
Además, estar en Venezia me resultó estresante ya que había un mar de gente por todos lados y muchísimo ruido de barcos. Incluso cuando compramos souvenirs, el hombre que nos atendió fue maleducado. En esa época igual se los compramos, pero ahora me encuentro a alguien que me trate así y le pego los souvenirs por la cara.
Esa vez fue la visita de típico turista con paseo de góndola incluido.
Cuando tuvimos que cambiar el vuelo ya que con el covid no pudimos ir a Budapest, Diego dijo que le llamaba más la atención Venezia que Bari ya que él no había estado nunca. Le advertí que Venezia olía mal y estaba sucia.
Una cosa que me causó shock es que ahora hacen paddle boarding en los canales. Imagínense caerse de la tabla en esa agua que está hiper contaminada. Venezia lo menos que me inspira son ganas de traje baño y agua. Todo lo contrario.
Eso de que se limpió el agua durante la cuarentena es una gran mentira (como se lo podrán imaginar los que ya estuvieron). El agua de Venezia no se limpia ni con cien años de cuarentena. De hecho, desde el avión ya se ven las manchas de aceite y de suciedad en el mar.
Llegando al aeropuerto, vas notando la mala educación de la gente. En Venezia pasa como en Costa Rica: como han tenido siempre tal excesiva cantidad de turistas es como si ya los odiaran. No existe esa mentalidad de tratar bien al visitante para que regrese.
A esto súmenle la experiencia horrible que les conté en el post anterior.
Nuestra host de Verona nos dijo que en Venezia las calidades eran malísimas, que ella organizaba congresos allí y para poder alojarte en un lugar medio decente, tenías que ir a hoteles de cuatro estrellas para arriba, ya que era impensable irse a un apartamento o un B&B.
Además de la ausente hospitalidad, dentro de Venezia se come mal en general. Nosotros comimos en tres restaurantes en los que la cuenta no bajó de 40 euros y la comida estaba malísima. Incluso servirte la pasta pasada de cocción, cosa que para los italianos es un sacrilegio.
Por lo que en nuestro caso, que teníamos que empezar a trabajar a las 13h, lo mejor era regresar a Venezia Mestre y almorzar por ahí. Al lado del hotel teníamos una pizzería que era gloriosa.
Lo único bueno es que había “poca gente” para ser Venezia en agosto. A las 7 de la mañana ya estábamos caminando por ahí y pudimos hacernos fotos sin gente. Así que, si Diego tenía que conocer Venezia, éste era el mejor momento (dentro de todo lo malo).
Esta vez conocí Murano y Burano.
Estas dos islas son básicamente lo mismo que Venezia sin tanta suciedad ni mal olor. Me resultó una pérdida de tiempo porque no hay nada especial que ver. Además, el vaporetto es lento y ruidoso por lo que pierdes más de una hora en ir de un lado a otro, para luego pasar poco tiempo en cada isla. Estar en el vaporetto es agobiante porque toda la gente va acinada y el calor es insoportable. Aquí el covid y las medidas de seguridad eran inexistentes.
Lo único curioso es que en Burano están las casas pintadas de muchos colores.
El paseo en góndola cuesta 80 euros y no lo hicimos. Es como que me digan que vamos a pasear en góndola por el río Guaire, no me motiva ir por canales de agua sucia viendo basura flotar. Además, que me resulta la peor turistada.
Venezia es uno de esos sitios que visitas porque todo el mundo dice que es espectacular, pero luego cuando llegas y eres una persona con un poco de criterio, no te gusta. Todo es caro. Quizás si se hubiera respetado más el patrimonio y no estuviera tan sobreexplotado turísticamente, para mí sería más lindo.
La misma gente que vive allí, aparte de ser maleducada, es cochina. Me cansé de verlos tirar basura al piso y a los canales; además, todo estaba lleno de colillas de cigarro. En el resto de Italia hay más consciencia en lo que respecta a no contaminar.
Comprar en el supermercado es otra odisea. Son minúsculos y hay cola siempre. Una vez que entras, hay poca variedad de comida, todo carísimo, en los pasillos de milagro cabe una persona y tienes que hacer otra hora de cola para pagar. No me puedo imaginar eso cada vez que tengas que ir al mercado y mucho menos en temporada alta.
Cuando nos fuimos del airbnb nefasto y nos alojamos en el hotel de Venezia Mestre, fue una dicha poder ir a comprar a un supermercado normal.
En conclusión, creo que uno se puede evitar Venezia sin problemas. Es de los sitios que digo “ojalá hubiera invertido el tiempo y el dinero en un lugar que lo mereciera”. Porque además de los problemas que tiene, tratan pésimamente al turista.
Venezia también se está cayendo a pedazos; a eso súmenle el caos de visitantes, el excesivo ruido de los barcos y los problemas logísticos para cosas básicas como la recolección de basura y comprar alimentos. Además, el GPS no funciona y el internet va y viene. No me puedo ni imaginar la vida de los locales.
Si quieres ver canales, puedes ir a Chioggia que está más abajo; seguramente sin tanto mal olor, suciedad, gente y ruido.
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