Hola a todos,
Hoy les voy a contar sobre nuestro último alojamiento en Turquía.
Como ya les comenté en un post anterior, en Cappadocia lo típico es quedarse en los “cave hotels” que son hoteles hechos con el estilo de cuevas como las que te encuentras por toda la región. Hay algunos que realmente son hechos dentro de las antiguas cuevas y otros que simplemente se construyeron imitándolas.
Yo vi un hotel que me encantaba en Uçhisar, pero costaba 200 euros por noche y no nos queríamos gastar tanto dinero. Al final elegimos el Karadut Cave Hotel que nos costaba alrededor de 80 euros las tres noches y nos dio confianza porque el recepcionista nos respondió rápido a todo y parecía competente.
Para no complicarnos demasiado, le dijimos al mismo recepcionista que nos reservara el transfer del aeropuerto y el paseo en globo.
Llegamos y nos dio una de las habitaciones de abajo porque dijo que eran más calientes para el invierno. No estaba mal de tamaño y parecía limpia. Tenía una mesita y una silla para trabajar, lo que le habíamos indicado con anterioridad ya que la necesitaríamos para trabajar.
Desde el primer momento la conexión a internet fue pésima y al final Diego tenía que usar el internet del celular para poder trabajar. Hasta mandar un WhatsApp porque era imposible.
Una cosa para tener en cuenta de estos “cave hotels” es que la habitación huele a polvo porque siempre está cayendo tierra del techo. Limpiaban todos los días la habitación, pero daba igual, siempre estaban todas las superficies cubiertas de tierra.
El suelo de la habitación era de madera, pero estaba desgastado y rallado. Había alfombras y las quité enseguida porque en Turquía las ponen y no las limpian más nunca en la vida.
Una cosa graciosa es que la puerta casi ni tenía cerradura, solo un pestillo que se abría apenas empujabas duro la puerta.
El desayuno en teoría es desde las 8:30, pero a esa hora es que empiezan a limpiar el comedor (que deberían haber limpiado el día anterior) y a poner la comida. Era tipo buffet y no estaba mal de variedad. Yo le había dicho al chico de la recepción que éramos veganos y la señora del desayuno me hizo un pan con aceitunas ya que el pan típico que ellos comen tiene queso.
Lo malo es que el comedor no estaba bien aislado y era como sentarte en la calle a comer, el mismo frío.
El hotel tenía una pequeña terraza como tienen todos los hoteles en la zona, pero desde este hotel no se podían ver los globos.
Reservamos el paseo de globo a través del recepcionista del hotel y no se los recomiendo para nada. Este hotel tenía convenio con Atmosfer Balloons y reservaban siempre con ellos.
Aunque en general el hotel no me gustó, el recepcionista me pareció atento y profesional. Se notaba que se preocupaba. Eso sí, no había recepción 24h y la mayoría de las veces no estaba, pero había un número en la puerta de la recepción para escribirle si uno tenía algún problema.
El desayuno me pareció bueno y suficiente. Además, valoro que la señora me hubiera hecho un pan especial por ser vegana. Lo malo es que hacía muchísimo frío y te comías todo casi congelado.
La localización del hotel no estaba mal, pero como les dije, me hubiera gustado más quedarme en Uçhisar.
En definitiva, no volvería a ese hotel en primer lugar por la tierra que caía del techo todo el tiempo. Si van a ir a Cappadocia, creo que lo mejor es evitar los famosos hoteles cueva y quedarse en una construcción normal, porque además dichos hoteles son muy fríos en invierno y muy calurosos en verano (la mayoría no tiene aire acondicionado). Además, no es agradable desayunar muriéndote de frío y con la comida helada. Otro factor importante para no quedarme allí es que el internet no funciona.
Aunque me gustó la atención del recepcionista y de la señora del desayuno, no me compensa las carencias del hotel y el fallo terrible del paseo de globo con la agencia que me reservaron.
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