Hola a todos,
Debido a que en Lima no estábamos tan mal y más si comparamos con Playa del Carmen o Colombia, decidimos pasar un mes más en la ciudad así aprovechábamos para visitar lo que nos faltaba del país.
Inicialmente pensamos en ampliar la estadía en el apartamento de Lince y menos mal que no tenían disponibilidad porque al final estábamos asqueados de tal excesiva cantidad de ruido. Era insoportable: bomberos, ambulancias, construcciones, las alarmas de los carros sonando durante todo el día y la gente tocando corneta a toda hora. Incluso por la noche era lo mismo. Pensamos en ampliar allí mismo por aquello de “mejor malo por conocido que bueno por conocer”, pero la verdad es que cualquier alojamiento iba a ser mejor que ese.
Estaba mejor ubicado (en Surquillo, justo al lado de Miraflores) y el anfitrión nos ponía dos zonas de trabajo con sillas de oficina. Además, el mes costaba $811, que era lo más barato que habíamos pagado de alojamientos desde noviembre 2021.
Cuando contacté, el apartamento estaba ocupado por lo que no se podía visitar. Aun así, fuimos a conocer la zona sobre todo para ver si la calle era tan ruidosa como la que nos había tocado en Lince. Parecía menos ruidosa, por lo que decidimos reservar.
Al alojamiento se accedía por clave.
Lo primero que noté fue la pobre limpieza del apartamento. La cocina daba bastante asco por lo que tuvimos que limpiarla y dejar en un espacio aparte lo que íbamos a usar durante nuestra estadía.
Como pasa en casi todos los alojamientos de Airbnb, los cojines y todas las mantas estaban sucias, pero al extremo de que olían mal. Por lo que tuve que poner todo a lavar con el agua caliente al máximo. De hecho, deshice completamente la cama y lavé todo.
El armario olía a humedad por lo que en toda la estadía no pude sacar la ropa de las maletas. No tenía sentido porque en Lima no hay demasiada humedad y tampoco estábamos en frente de la playa.
El apartamento tenía alfombras y las quité porque tenían toneladas de polvo.
Le notificamos al anfitrión que no había dejado cambio de toallas como le había pedido y al día siguiente vino la señora de la limpieza a dárnoslas. El apartamento tenía otras dos habitaciones que estaban cerradas con llave y la señora de la limpieza en vez de entregarnos las toallas e irse, entró el apartamento sin preguntar y se metió en una de las habitaciones a buscar las toallas.
Aprovechamos para decirle lo de las mantas y el cubrecama y se volvió a meter en la habitación a hablar con el anfitrión por teléfono. Se llevó las mantas sucias para lavarlas y nos dio otra que supuestamente estaba limpia, pero también olía raro.
Al día siguiente nos llegó una manta nueva que el anfitrión había comprado.
Lo absurdo es que un día después llegó la mujer de la limpieza con las mantas lavadas y en vez de dárnoslas, pidió permiso para pasar y dejarlas en la habitación que estaba cerrada con llave. ¿Por qué no las dejó en su casa entonces? No entiendo para qué nos molesta si no nos iba a dar las mantas para nuestro uso.
Aunque el apartamento era menos ruidoso que el anterior, también había bastante ruido: gente martilleando en el edificio, las alarmas de los carros y la puerta del garaje que sonaba cada vez que se abría. Pero por lo menos en este alojamiento se podían abrir las ventanas y dormir sin tapones de oídos.
Teníamos dos sillas de oficina, lo que era una mejoría considerable con respecto al alojamiento anterior.
Otra cosa positiva es que el colchón y las almohadas eran relativamente buenos, por lo que dormíamos mejor.
En conclusión:
Lo bueno:
- La mejor zona de trabajo que habíamos tenido hasta el momento desde que empezamos a viajar como nómadas digitales.
- Colchón de calidad.
- Cocina amplia y separada del resto del apartamento.
- Filtro de agua (importante para no tener que estar comprando y cargando agua potable).
- Televisión gigante.
- Buena ubicación.
- Seguridad 24h.
Lo malo
- Sucio: almohadas, mantas, cocina. Incluso las paredes estaban en muy mal estado. El apartamento en general necesita una limpieza a fondo.
- Muy ruidoso.
- Armario que olía a humedad.
- Internet lento.
- Las ollas y sartenes eran de mala calidad y estaban quemados.
En la evaluación de Airbnb le puse un 4 en general y un 2 de limpieza, lo que es muy buena puntuación si tomamos en cuenta la realidad del alojamiento. Ahora soy un poco condescendiente y pongo las reseñas teniendo en cuenta las experiencias horribles que hemos tenido. Si hubiera sido justa y objetiva, se hubiera llevado una puntuación mucho más baja.
Aun así, el anfitrión nos escribió indignado por la reseña que le habíamos puesto y quejándose de que habíamos quitado las alfombras y de que habíamos movido una mesita del salón. Obviamente ni le respondimos, porque no tiene sentido discutir con ese tipo de gente.
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