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Mi experiencia en la Clínica Luso Espanhola de Porto

Hola a todos,

En el verano de 2022 me tocaban los retoques de botox y algo de fillers. Tenía la cita para hacerlo en el Instituto Médico Ricart (IMR), pero tuve que cambiarla ya que hicimos el segundo viaje a Porto de urgencia para abrir la cuenta.

Quería hacer la cita en agosto, pero como es típico en España, todo el mundo se va de vacaciones durante todo el mes de agosto. Como firmamos el 2 de septiembre, no dio tiempo de reprogramar la cita.

Luego de comprar la casa y ya cuando teníamos todo medio organizado, me puse a buscar y contactar clínicas para ir a la que me diera mejor feeling.

Como en la Clínica Luso Espanhola tenían una oferta en octubre en la que el botox costaba 220 euros, decidimos probar.

La idea era ponernos botox y luego ver qué nos proponía el cirujano en cuanto a fillers.

El cirujano que hace los tratamientos faciales se llama Antonio Pinto. Desde el primer momento me vio la cara y me dijo “Tú estás perfecta”.

Le conté todo lo que me hacía en Valencia en el IMR y me respondió que, en su opinión, yo no necesitaba nada de eso. Me dijo que mis pómulos estaban bien, que mi frente estaba bien, que mi mentón estaba bien.

Que lo único que tenía era un poco de flacidez en la cara que era normal para mi edad y me recomendó:

  • Radiesse diluido por toda la cara (menos la frente) para mejorar la elasticidad y firmeza de la piel.
  • Sesiones de ultraformer para mejorar la elasticidad y firmeza de la piel (una al año).

Me quedé sorprendida de que no me dijera más nada y hasta me subió el autoestima. Además, siempre me decía que tenía cara de niña y que estaba perfecta.

Cuando iba al IMR, el cirujano siempre me hacía una lista inmensa de cosas y me hacía sentir la persona más fea del mundo. De hecho, siempre me decía que “necesitaba labios” cuando ya le había dicho que yo no quería rellenarme los labios. Creo que nunca entendió que yo quería seguir teniendo mi cara.

Desde verano de 2020, que fue cuando empecé a hacerme cosas en la cara, lo que quería era verme lo más joven posible sin modificar mi cara.

Antonio Pinto es muy conservador en ese aspecto y quedé encantada con él desde el primer día.

Luego de hacerme el radiesse diluido, seguía notando una parte de mi mejilla izquierda un poco caída con relación a la derecha. Esto es normal porque siempre tenemos un lado peor que el otro, pero le pregunté cómo podíamos hacer para intentar igualar al máximo posible.

Como ya saben, la simetría es imposible porque el cuerpo humano es asimétrico, pero el Doctor me propuso hacer una proyección de pómulos con radiesse para mejorar esa desigualdad de la mejilla izquierda, siempre dejándome bien claro que no iba a quedar exactamente igual.

Otra cosa buena de este doctor es que te pone anestesia para hacer los fillers. En el IMR solo ponían anestesia cuando era para los labios. Aunque te digan lo contrario, todos estos procedimientos duelen.

A los dos meses de haberme puesto el radiesse diluido, fui a la primera sesión de ultraformer (radiofrecuencia). El Doctor me dijo que dolía un «poquito». La realidad es que fue una auténtica tortura, sobre todo en la parte de la mandíbula porque el hueso y los dientes dolían horriblemente. Llegó un punto en el que gritaba de dolor.

Cuando paró, pensé que había terminado pero quedaban 3 fases más. Ya todo el cuerpo me temblaba. Las otras 3 fases fueron menos dolorosas, pero no me quedaron ganas de volver a hacer el tratamiento nunca más. Estuve un par de semanas con dolor de mandíbula y la cara hinchada.

A Diego, además del botox, le hizo relleno y proyección de mejillas con radiesse azul y rojo y con ácido hialurónico. Diego tenía los pómulos y las mejillas muy caídos y el cambio fue increíble.

Además, aprovechamos para que hiciera una sesión de PRP capilar. Cuando se hacía el PRP en Valencia, le colocaban media inyectadora con una especie de pistola. En cambio, aquí me quedé asombrada de que le pusieron 6 o 7 inyectadoras completas.

Eso sí, le dolió mucho más que lo que se hacía en Valencia y se quedó con dolor en la zona durante dos días.

Todo el personal de recepción y administración es sumamente competente. Otra cosa que me gusta es que Antonio Pinto trabaja solo y es muy rápido.

Cuando iba al IMR perdía una cantidad excesiva de tiempo porque además de que el doctor siempre iba con retraso, tenías que pasar por 4 o 5 enfermeras distintas para que te pusieran la crema, para que te limpiaran, para enjuagarte la boca con desinfectante (luego del covid), para tomarte las fotos, para rellenar la planilla, para que te pusieran hielo luego de las inyecciones.

Gastos totales mios:

  • Botox: 220 euros
  • Radiesse diluido: 400 euros
  • Proyección de pómulos con Radiesse: 325 euros
  • Sesión de ultraformer: 500 euros

Gastos totales de Diego:

  • Botox: 220 euros
  • Radiesse + ácido hialurónico para mejorar la estructura de mejillas y pómulos: 700 euros   
  • PRP capilar: 200 euros

Si comparo con lo que me cobraban en el IMR, los precios de la Clínica Luso Espanhola son más accesibles.

En el IMR solo el botox para mi eran casi 500 euros y para Diego, casi 700 euros. Imagínense el resto de precios.

Como estaba contenta con la atención de Antonio Pinto, fui a consulta con el dentista de esta clínica para que me hicieran un presupuesto para un injerto de encía. Pagué 55 euros por la consulta y quedaron en mandarme el presupuesto. pasó un mes y contacté con la clínica para ver qué sucedía. A los días me escribió la asistente del dentista para decirme que el periodoncista estaba de vacaciones.

Pasaron dos meses más y contacté a través de Instagram para decirles que aún no me mandaban el presupuesto. Justo cuando estaba de vacaciones en Budapest me intentó llamar de nuevo la asistente del dentista y luego me mandó un SMS citándome a consulta un día que no podía ir. Le dije mi disponibilidad, quedó en confirmarme al día siguiente y de nuevo se le olvidó. Apareció una semana después para decirme que aún no sabía cuándo podría ir el periodoncista a la clínica. Luego de 55 euros y varios meses perdidos, decidí no hacer más nada en esta clínica aparte de los tratamientos faciales.

Así que, como aspecto negativo, el funcionamiento del área de dentista es desastroso y no lo recomiendo en lo absoluto. Para colmo es que ni responden a los emails.

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